Identidad condicional
(a la Buena)
Si fueras gato
Yo sería un ratón
Si fueras flecha
Yo sería una paloma
Si fueras cuchillo
Yo sería un cuerpo herido
pero yo no soy un ratón
yo no soy una paloma
ni un cuerpo
Yo soy solo un objeto sin substancia
Yo soy una cosa ingrávida
Yo soy un montón sin cantidad
Soy un blanco espiritual
Soy un black punto, mudo
en la casa ruidosa
de locos y poetas
un demonio en el paraíso
un ángel con alas rotas
que ríe
que ríe en el infierno de Dante
sin Virgilio
sin Comedia
desubicado
desempleado
descompuesto
como una chismosa con la lengua cortada
en la mitad de las palabras.
Mudo, siempre mudo
pero en voz alta.
Traducción de Nicolás Ferretti, Letícia Goellner y Luciana Pissolato
Mala ave
Una buena o
mala ave se
diferencia en
sus alas.
No importa
si están rotas
o si son azules o marrones
o amarillas o escarlata
o si es otro el color.
No importa
si son largas o cortas
si sus plumas son
fuertes o débiles
si resisten tormentas
diluvios o huracanes.
En las alas
lo que importa
es lo invisible
en el cerebro del ave
junto con sus pequeñas ideas
de ave.
Esa parte, como metonimia
es el centro del problema:
una mala ave posee alas invisibles
que soportan la maldad del poder
una buena posee alas invisibles
que se baten con libertad
sin daño, sin
pesadillas, solo sueños.
La mala ave también se reconoce
por sus ojos redondeados
como pequeñas bolas de mierda
que nunca nada
ni a nadie ven
Mala ave y sus ojos
que contaminan todo
lo que ven.
Traducción de José Pérez Vogt, Letícia Goellner y Luciana Pissolato
Una manzana al día
Ruidosa y silenciosa al mismo tiempo
como si estuviera viva
como si estuviera
en una mujer con ocho meses de embarazo
la idea, como un gusano
traga y defeca
duerme y despierta
crece y se vuelve
más y más
peligrosa
venenosa
insoportable
como una transparente
pesada tóxica
criatura retorciéndose
en la manzana de la cabeza.
Como un gusano, sí
al interior de la manzana.
La cara brillante, inteligente
sonríe.
La sonrisa tiene un toque amargo.
Traducción de Sebastián Villagra, Letícia Goellner y Luciana Pissolato