Para hacer una torta sin leche
La cocción tendrá que ver con el tipo de horno,
como todo: se recomienda un fuego mínimo, lento
de entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos,
pero cada cocina, como cada molde, es particular
y es inútil establecer una medida exacta para todos.
Yo digo: una taza de té con leche de aceite de maíz
(no mezcla), una y media (casi dos) de azúcar, bol
y batir, batir: ladeado el recipiente y paleta el brazo
o la máquina en su punto máximo. Ah, dos huevos
además, y bien batido todo hasta espesar la mezcla.
Entonces se agregan dos tazas de agua hirviendo.
Se levantará una espuma. Se deja reposar un rato.
Mientras, se mezclan aparte tres tazas de harina
(pasada antes por el cernidor) con una cucharada
de Royal y otra de bicarbonato (puede ser menos,
más, se ve). Sumar todo y batir. Muy suavemente:
hay que lograr que la masa pierda consistencia.
El resto se sabe: enmantecar el molde, enharinarlo
y horno. Titi Trujillo le echa un chorrito de vino
oporto. Titina Lancioni a veces licor de café o esencia
de vainilla. Otros le ponen trozos de manzana,
pasas de uva, chocolate o ciruela. Eso va en gustos,
en las ganas de inventar, en lo que se tenga a mano.
El poeta menor ante el nacimiento de su hijo
Luego de hallar, tras días de búsqueda, el lápiz
en la cabina del camioncito de los bomberos,
y de comprobar la independencia de juicio
del heredero, que rompe las páginas predilectas
e intactas deja las indiferentes, el poeta menor
decide dialogar con su mujer sobre un tema clave:
la organización espacial y temporal de su labor,
en la casa, luego del nacimiento del hijo.
A lo largo de la conversación se tocan varios temas:
compra de comestibles y artículos de limpieza,
pago de impuestos, turnos para el cuidado,
diversión, alimentación e higiene del niño,
ausencia de cuidado, diversión, alimentación
e higiene de la pareja, necesidad de registrar
sus primeros pasos, frecuencia de uso del
–vulgarmente denominado– chupete,
amables formas de imponer distancia a los abuelos.
Cuando una mutua mudez evidencia el final,
el poeta menor comprueba que su inquietud
ha sido desplazada en vista de otras urgencias.
Esa noche, como un inspirado romántico
que aprovechase el silencio de los mortales
para dejar fluir el carácter alado de sus versos,
canta durante horas una canción de cuna.
Escalator
Cada vez que se aproxima el extremo contrario
donde los rígidos peldaños acanalados pierden
la apariencia de su forma y se vuelven cinta
continua lanzada a rehacer la operación otra vez
según una mecánica capaz de instalar el concepto-
de que cuenta la circulación no un rumbo eventual
de hecho el sentido es reversible y arriba y abajo
intercambiables mediante un simple dispositivo
pasible de fallar sin embargo ante el uso frecuente
convendría no voy a decir detenerse a reflexionar
no se trata de favorecer el riesgo de un accidente
pero sí reflexionar desde ese movimiento aparente
sobre la relación entre el devenir de las sustancias
y el de las compañías, reconversión de un rinde
en desplazamiento constante a lo largo del planeta
aleación ayer usada para dejar en el aire vestigios
explosivos de una munición de cañón de sesenta mm
del otro lado del mundo y que ahora en el descanso
inicial, final y ambiguo de esta escalera automática
indica el pasaje de un paradigma de la guerra a otro:
fusión figurada THYSSENKRUPP en el acero fundido.
ЛК-110Я
Más allá de las alarmas por el futuro del futuro
las temperaturas en aumento en el círculo ártico
que adelgazan día a día témpanos y banquisas
no constituyen necesariamente una mala noticia:
los recursos hidrocarburíferos todavía intocados
y amplísimos se vuelven cada vez más asequibles
y las capas rígidas que cubren hasta el horizonte
se debilitan y favorecen el auge de las disputas
por territorios aún en litigio y hasta escándalos
como el de establecer una bandera rusa de titanio
en el fondo mismo de las profundidades marinas
inútil en términos legales pero eficaz para mostrar
una larga historia nacional de inventar estrategias
para embestir sobre el frío literal y metafórico
manifestada ahora en la potencia del rompehielos
que con su casco doble reforzado por una aleación
de cromo níquel molibdeno y vanadio, alto se alza
desde la fuerza de sus dos reactores nucleares
que mueven tres motores de propulsión eléctrica
que hacen girar a su vez a gran velocidad las hélices
para cumplir nominalista la promesa de su nombre
sobre la mayormente congelada superficie blanca
de la Ruta Marítima del Norte y una estela trazar
con estruendo de hielos rotos limpiando el paso
a fin de que petroleros y gaseros librados del ritmo
en apariencia inevitable de la naturaleza transporten
desde las novísimas plataformas de extracción
ubicadas offshore en el inclemente mar de Kara
sin que importe demasiado el grupo internacional
de activistas preocupados por el repentino derrame
capaz de destruir el hábitat del oso polar la energía
a los puertos de las naciones asiáticas de avanzada.
Wanllasqa
Ccompis Leona Amachi Rosada Clavel
Maru millku Puka simi Puka pampiña
Canchán Pillpintuy Maru piña Yungay.
Hay más de tres mil nombres para decir
y más de tres mil sabores en la lengua.
Debajo de los toldos el mercado concreto
extendido en la plaza en medio del valle
exhibe una variedad de formas y colores
que su acepción más abstracta reduce
por una opción omnipresente y blanca
con metas de multiplicación industrial.
Cuelga el cartel sobre cada pila armada
sobre cada una de las bolsas abiertas
traídas en camiones de las laderas altas
donde se protege de la rancha y el tizón
una memoria frágil contra lo unívoco.
En la mano conviene elegir una a una;
mirarle los ojos, palparla y comprobar
que sea lisa, esté firme, no aguachenta.
La mariva se dora: sirve para rellenarla.
La huayro es absorbente: funciona bien
en estofados jugosos y platos con salsa.
La peruanita ya sabe rica hervida con sal;
mejor si le agrega un poco de manteca.
La tarmeña va al horno. La huamantanga
se pela fácil. La sirina ofrece vitamina C.
Con la guinda gaspar se viven más años.
“Para hacer una torta sin leche” y “El poeta menor ante el nacimiento de su hijo” de Poesía civil
“Escalator,” “ЛК-110Я” y “Wanllasqa” de Para un diccionario crítico de la lengua