Skip to content
LALT-Iso_1
  • menú
  • English
  • Español
Número 34
Entrevistas

“El infinito en un junco lo convertí en un relato, en una especie de Mil y una noches de los libros”: Una conversación con Irene Vallejo

  • por Adriana Pacheco
Print Friendly, PDF & Email
  • June, 2025

Hablemos, escritoras: Episodio 389

La escritora española Irene Vallejo nos ha conmovido con su libro El infinito en un junco (Siruela, 2019; Vintage, 2021), que cuenta la historia del libro a través de más de 3000 años y que ha sido traducido a más de 30 idiomas y tiene más de 40 reediciones. Filóloga de formación e investigadora de literatura clásica, tiene un doctorado en las universidades de Zaragoza y Florencia. Su obra se centra en la investigación y divulgación de los autores clásicos y ha colaborado en diversos periódicos como El País, Heraldo de Aragón o Cadena SER en España. Otros de sus libros son: Alguien habló de nosotros (Contraseñas, 2017), El futuro recordado (Contraseñas, 2020) y Manifiesto por la lectura (Siruela, 2020).

Este es un extracto adaptado de la entrevista con ella en el podcast Hablemos, escritoras, a cargo de Adriana Pacheco.

“El infinito en un junco lo convertí en un relato, en una especie de Mil y una noches de los libros”: Una conversación con Irene Vallejo

Adriana Pacheco: Bienvenida, querida Irene, gracias por aceptar esta invitación.

Irene Vallejo: Un inmenso placer. 

A.P.: Quiero empezar dándote las gracias. Gracias por haber escrito todos estos libros, no nada más El infinito en un junco, sino toda tu magnífica obra. Empecemos con tu formación. ¿Por qué estudiar filología? ¿Qué les dirías tú a los que quieren hacerlo?

I.V.: Pues diría que cometemos un error al relacionar de una manera demasiado literal y directa la carrera o el grado que elegimos y las salidas profesionales que se derivan de esa decisión. Yo tengo una visión más amplia. Creo que nuestros estudios son una forma de preparar nuestras mentes y de nutrirnos. Hay algunos trabajos que sí, lógicamente necesitan una especialización previa, pero la mayoría de ellos no. Nuestro camino es algo que construimos nosotros cotidianamente, no una especie de preparación y de camino trillado. Entonces creo que es importante luchar, incluso a veces hay que oponerse a presiones sociales o familiares, pero gratifica elegir aquello que nos interesa, que nos apasiona, que nos entusiasma.

A.P.: Claro. Una de las ramas que también tomas dentro de la escritura es la de columnista y escribes en varios periódicos y revistas. ¿Cómo es ese rigor de escribir cada semana y de escribir para un público lector de diarios?

I.V.: Bueno, Adriana, diría que para mí el articulismo es como el gimnasio de la escritura. Es esa disciplina semanal de ejercitar el músculo para no perder la forma y además también ha supuesto una enseñanza, porque el periodismo tiene el desafío de hablar para un público que no puedes acotar ni intuir. Podría ser cualquier tipo de persona que se acerque a un periódico. No sé, como en la literatura ya puedes presuponer ciertas inquietudes o afinidades, el periodismo te pone en contacto con un público muchísimo más amplio e imposible de caracterizar de entrada. 

A.P.: Vayamos a tus libros. En El futuro recordado —que además me encantó el título, porque ya desde ahí muestra el guiño en el oxímoron de recordar el futuro— muestras uno de tus más grandes atributos: que eres una gran observadora. ¿De dónde viene este diálogo y tu observación?

I.V.: Yo creo que todo remonta a la infancia. Tuve la suerte de tener unos padres que me estimularon muchísimo, grandísimos lectores los dos, que me contaban cuentos antes de dormir. Mi llegada realmente al mundo de los clásicos y las leyendas grecolatinas no tuvo nada que ver con su condición de grandes clásicos y referentes culturales. No, no, sino que fueron los relatos que mis padres desplegaron cuando yo era una niña y me fascinaron totalmente por su componente aventurero, imaginativo. Yo, en lugar de los cuentos de hadas, derivé directamente en las leyendas griegas que me cautivaron mucho más que cualquier otro relato. Y desde entonces yo creo que siempre he mirado el mundo a través de esos símbolos universales, esa red de símbolos universales que nos proporcionan los clásicos y que están presentes, y que además, a lo largo de los siglos, hemos utilizado para interpretar la experiencia humana, pues nuestros complejos son los de Edipo, nuestras caídas son Ícaro, nuestros trabajos son los de Hércules, o cuando reivindicamos que se entierre a los muertos, estamos recordando la voz de Antígona. 

A.P.: El infinito en un junco es un ejemplo de esas lecturas y de tu formación. Un libro que podría haber sido árido, sin embargo, tu manera de narrar, lo hace un parteaguas en la conversación literaria. ¿Cómo fue ese parteaguas en tu vida? 

I.V.: La verdad es que el libro nació en uno de los momentos más duros de mi vida. Acababa de ser madre, había tenido un niño con muchos problemas de salud que tuvo que estar prácticamente hospitalizado el primer año de vida, con cuidados intensivos, y entonces yo pensé que para mí se acababa el sueño de llegar a trabajar profesionalmente como escritora. Llevaba más de una década intentándolo, tratando de salir adelante, pues a través de pequeñas ferias rurales, clubs de lectura, círculos, institutos y digamos en eso que es la trinchera de la literatura, y todo era muy difícil, muy incierto, inestable, pocos ingresos; y cuando ya llegó ese infortunio personal, pensé, bueno, aquí se ha terminado, puesto que si ya era difícil antes, con una situación como esta en mi vida cotidiana ya voy a perder libertad de movimientos, ya no voy a poder viajar, ya no voy a poder acompañar a los libros; aquí ha terminado todo. Y bueno, pues quise permitirme un último libro que fuera como mi despedida y un acto de agradecimiento a todo lo que la literatura y los libros habían supuesto para mí desde la infancia, y dando también una forma literaria a lo que habían sido mis investigaciones académicas en la universidad sobre la historia del libro y de la lectura. Pensé muy optimista que iba a poder acabarlo en un año, ya que el grueso de la investigación estaba hecha para mi tesis, pero no pude aprovechar ni una sola palabra. Lo convertí entonces en un relato, en una especie de Las mil y una noches de los libros y la verdad es que se convirtió para mí en un refugio; en una especie de tratamiento terapéutico que ya no tenía ni miras de mercado, de ventas, de publicación, sino solamente me estaba salvando mientras yo me ocupaba de mi hijo. 

A.P.: Pues lamento mucho lo de tu hijo y qué bien que salió algo de esa fuerte prueba. Irene, cuéntanos sobre el lado poético del lenguaje dentro de tu ensayística.

I.V.: Bueno, yo realmente, Adriana, quería explorar los territorios fronterizos entre la ficción y la no ficción. Evidentemente todos los datos, todas las hipótesis, toda la construcción teórica, está basada en una investigación, pero la forma de comunicarla tiene mucho que ver con las herramientas que a mí me ha enseñado la ficción, la escritura de novelas y de literatura infantil y juvenil. Entonces quizás lo podría definir como una rebelión, porque cuando yo estaba escribiendo mi tesis, mi profesor, mi director, constantemente me podaba de los textos las metáforas porque decía que eso no era lenguaje científico. Y entonces me decían: “no escribas con prosa ensayística”. Creo que aquello quedó dentro de mí, como una especie de necesidad: ahora sí voy a escribir un libro con prosa ensayística y además voy a ir más lejos todavía; lo voy a hibridar con la ficción y voy a empezar con esos misteriosos caballeros, que van buscando algo; cazadores de una presa valiosísima y que casi parecen un comienzo de novela de suspense o de aventura.

A.P.: ¿Cuántos años sientes tú que fue todo este recorrido para llegar a esta publicación?

I.V.: En primer lugar, hubo casi una década de investigación universitaria sobre el asunto. Después un paréntesis en el que me dediqué al periodismo y a la literatura de ficción, y años después, ya con otra perspectiva vital, incluso un cierto distanciamiento de la academia, pues decidí reanudar el proyecto, pero desde otra óptica y desde otros desafíos. Y entonces fueron otros cuatro años de escritura muy intensa, aunque en esas condiciones que antes contaba, cuidando de mi hijo y en ese mundo de los hospitales y de los cuidados. Y después un año más trabajando con mi editor para pulirlo, incluso retirar una parte y centrarlo más en el mundo antiguo. 

A.P.: Hablemos del aspecto del género en el libro. Pienso en citas como la que haces de Telémaco en donde él está diciendo: “La palabra debe ser cosa de hombres.”

I.V.: Para mí era muy importante, porque durante mis años de universidad me presentaron un paisaje en el que no había prácticamente mujeres, solo la poetisa Safo. La única, la poeta, que se mencionaba dentro de un canon totalmente constituido por hombres. Y yo siempre me preguntaba, ¿realmente las mujeres no habían escrito? ¿Cuáles eran los motivos? ¿Dónde estaban? ¿Qué hacían? Cuando hablamos de lectores, ¿incluimos a las mujeres o las dejamos fuera? Yo me hacía muchas preguntas, y bueno, pues decidí releer las fuentes cuestionándolas precisamente sobre este aspecto. Obsesionado por saber dónde estaban las mujeres en el mundo intelectual de la antigüedad, que, como sabemos, era particularmente hostil a la creación femenina. Y de lo que me di cuenta es de que al final la palabra es una cuestión de poder, evidentemente, y en el momento en el que se inventa la escritura, que es ese gran hallazgo, la nueva tecnología la custodian ferozmente los poderosos, los privilegiados, las élites que se definen como aquellos que han accedido a ese poder que da la palabra escrita, y el mundo de la oralidad se convierte en un mundo eminentemente femenino. Entonces en mi libro hay también un homenaje a la oralidad. Hay grandes narradoras, grandes artistas que no llegaron nunca a aprender a escribir y, a pesar de eso, eran creadoras consumadas. Y luego intentar encontrar los caminos por los que algunas mujeres, generalmente de clase alta, lograron colarse en ese terreno vedado, y cómo desarrollaron su propia creatividad, sus carreras, y cómo luego en general han sido sistemáticamente olvidadas o apartadas. Pero las que lo tuvieron y lo consiguieron, incluyendo a Enheduanna, que es además la primera persona que realmente inaugura el “yo” literario —algo tan importante como eso— también ha sido apartada de los libros de estudio, de los programas; no se habla de ella.

A.P.: Yo creo que tu libro va a ser una hecatombe, Irene, estás haciendo ya una hecatombe y ahora que está traducido al inglés por Charlotte Whittle aún más.

I.V.: Y capítulo especial; la relación con mis traductores, muchas de ellas traductoras a las que yo amo con devoción. Y siempre insisto, además, en que todo traductor es un autor, es un creador, es alguien que merece todo el reconocimiento, merecen un aplauso, que recordemos sus nombres, que seamos conscientes de toda la deuda que tenemos, porque si no hubiéramos podido leer más que los libros escritos en las lenguas que conocemos Nnuestras vidas serían claramente muchísimo más pobres. Entonces El infinito en un junco —Papyrus—, es también un homenaje a la traducción, 

A.P.: Bueno, pues la última pregunta de despedida. Escribes cuentos para niños. ¿Qué es para ti escribir cuentos para niños?

I.V.: Yo vuelvo con la literatura infantil y juvenil como a las raíces de mi pasión por los libros y la literatura, porque yo fui ya una lectora desde la mismísima infancia, incluso antes de saber leer a través de los cuentos de mis padres, y he amado siempre esos relatos, donde se forja, quizá, la imaginación en esos años cruciales donde modelamos nuestra mirada sobre el mundo. Pero hay algo que me gusta especialmente de la literatura infantil y juvenil: es la ausencia de pretensiones que produce una especie de relajación al escribir que permite reivindicar ese aspecto lúdico que yo tanto he gozado como lectora, y que ahora es como un desafío, ser capaz de construir esa voz, que es la voz de alguien que invita a los niños y a las niñas a jugar. 

A.P.: Qué maravilla. El infinito en un junco, pero todos tus libros nos inspiran, nos amplían nuestro vocabulario muchísimo, nos ponen a preguntarnos, le dan luz a muchas cosas que tenemos ahí en la oscuridad. Nos has iluminado de verdad. Muchísimas gracias, Irene.

I.V.: Gracias por la invitación, ha sido un enorme placer infinito.

 

Puedes escuchar la entrevista completa en Hablemos, escritoras.
Foto: Irene Vallejo, filóloga y escritora española, © James Rajotte.

Irene Vallejo es filóloga y escritora, licenciada en Filología Clásica, con un doctorado por las Universidades de Zaragoza y Florencia. Su labor se centra en la investigación y la divulgación de los autores clásicos. Ha colaborado con los periódicos El País, Heraldo de Aragón o Cadena Ser en España, y en México ha publicado en Milenio y Laberinto, donde mezcla temas de actualidad con enseñanzas del mundo antiguo. Gracias a esto ha publicado dos libros que recopilan sus columnas semanales, El pasado que te espera y Alguien habló de nosotros. En el 2019 se publica su enorme ensayo El infinito en un junco, que ha recibido una extraordinaria acogida entre crítica y lectores, convertido ya en un éxito editorial internacional. Esta publicación ha alcanzado 45 ediciones en España, se ha traducido a más de treinta y cinco idiomas y se está publicando en más de cincuenta países. Entre los reconocimientos que ha recibido se encuentra el Premio Nacional de Ensayo, siendo la quinta mujer que se galardona con este premio desde que se creó en 1975. Durante varios años Irene combinó la escritura con la enseñanza. Actualmente se dedica a la literatura, y participa en proyectos sociales como Believe in Art, que recrea el arte y la literatura en los hospitales infantiles.

  • Adriana Pacheco

Adriana Pacheco, PhD is founder and producer of the Hablemos, escritoras podcast and encyclopedia and the online bookstore Shop Escritoras Books. She holds a PhD in Iberian and Latin American Literatures and Cultures and in Luso-Brazilian Cultural and Media Studies, and is an Affiliate Research Fellow at the Teresa Lozano Long Institute of Latin American Studies. She was a member and former Chair of the International Board of Advisors of the University of Texas at Austin and she sits on the Texas Book Festival Advisory Board. A Texas Book Festival Feature Author (2012), she has several publications in international magazines like Letras Libres, Literal Magazine, and Viceversa, among others. She has edited several books of criticism and documentaries to promote literacy and the work of women writers, such as Romper con la palabra: Violencia y género en la literatura mexicana contemporánea (Eón, 2017) and Para seguir rompiendo con la palabra: Dramaturgas, cineastas, periodistas y ensayistas mexicanas contemporáneas (Literal/Eón, 2021). She was born in Puebla, Mexico and is a naturalized American citizen.

  • Andrea Macías Jiménez

Andrea Macías Jiménez has a background in graphic design, marketing, and translation. A proud member of the Hablemos, escritoras team since its inception in 2017, she has been passionate about literature from an early age. As both Mexican and American, she is thrilled to help share the voices of Spanish-language women writers with new audiences.

PrevAnterior“Casarse con una identidad siempre es una cárcel”: Camila Sosa Villada  y su Tesis sobre una domesticación
SIguiente“Me siento a salvo en la escritura porque es donde mejor me disfrazo”: Una conversación con Margarita García RobayoNext
RELACIONADOS

Poemas de Menino do Mato

Por Manoel de Barros

Eu queria usar palavras de ave para escrever. / Onde a gente morava era um lugar imensamente e sem nomeação.  / Ali a gente brincava de brincar com as palavras…

Cinco poemas de Me duele respirar

Por William González Guevara

“En Borges, la aventura es siempre literaria”: Una conversación con Ricardo Forster

Por Marcelo Rioseco

Footer Logo

University of Oklahoma
780 Van Vleet Oval
Kaufman Hall, Room 105
Norman, OK 73019-4037

  • Accesibilidad
  • Sostenibilidad
  • HIPAA
  • OU Búsqueda de trabajo
  • Políticas
  • Avisos legales
  • Copyright
  • Recursos y Oficinas
Actualizado: 20/02/2024 01:30:00
Facebook-f Twitter Instagram Envelope
Latin American Literature Today
REVISTA

Número Actual

Reseñas

Números Anteriores

Índice de Autores

Índice de Traductores

PUBLICAR EN LALT

Normas de Publicación

LALT Y WLT

Participar

Oportunidades para Estudiantes

CONÓCENOS

Sobre LALT

Equipo Editorial

Misión

Comité Editorial

LALT BLOG
OUR DONORS
Suscribirme
  • email

Subscriptions

Subscribe to our mailing list.

Suscripciones

Suscríbase a nuestra lista de correos.