Irma Pineda, poeta zapoteca, lee en Juchitán. Foto: Wendy Call.
En 2007, uno de mis vecinos de Seattle me pidió que tradujera el poema “Bedandá dxí di’ naa / Me llegó este día”, escrito por una poeta que vivía cerca de su ciudad natal, en el sur de México. “Me llegó este día”, de Irma Pineda, habla sobre extrañar la lengua propia cuando se está lejos de casa. Pineda escribió el poema cuando trabajaba en Ciudad de México, lejos de su ciudad natal, Juchitán, en el istmo de Tehuantepec, para evocar los sonidos y aromas de su ciudad. El sonido del zapoteco istmeño, hablado por su amiga de toda la vida en su departamento en la ciudad capitalina, la tranquiliza. El sonido final del poema está arraigado en tiempo y espacio: “historias de mi abuelo dibujadas / en la enagua de la tarde”. La migración inspiró este poema, de cuya existencia me enteré gracias a la migración.
En 2017, después de una década de traducir los poemas de Irma Pineda al inglés, fui cocreadora de un documental radiofónico de media hora sobre su obra, con la productora de sonido Karen Werner.1 (Se puede escuchar el programa, de 28 minutos, aquí.) Tomamos prestado nuestro título, “You Will Not See Me Die”, de uno de los poemas más conocidos de Irma Pineda, que habla sobre la lengua zapoteca y su literatura. (Se puede leer el poema en los tres idiomas aquí.) Karen y yo pasamos dos semanas en Oaxaca, haciendo entrevistas y recopilando audios, con el objetivo de concentrarnos en la interacción entre poesía y hip-hop. Cuando el programa salió al aire nueve meses después, habíamos hecho eso, pero también teníamos una historia sobre migración y pérdida de la lengua. Sobre ruptura y supervivencia. Sobre una canción de hip-hop que empieza así:
Lengua zapoteca, nunca morirás / no aguanto escuchar que algún día partirás / y que nunca volverás / porque tú eres mi lucero / En cada despertar diidxazá, diidxazá diidxagunibinnizaa / diidxazá nunca morirás / Siempre en mi lengua, te quedarás / no te morirás, eso no sucederá jamás
Se cree que el zapoteco fue la primera lengua escrita en el continente americano, con un sistema de pictogramas de más de 2500 años de antigüedad.2 Hoy en día, la familia de lenguas zapotecas tiene aproximadamente 450.000 hablantes; el zapoteco istmeño, unos 75.000. Todas las lenguas zapotecas están en peligro de extinción. La poesía bilingüe de Irma Pineda continúa la larga tradición de literatura en zapoteco istmeño. Irma nació en Juchitán en 1974 y se mudó al centro de México —a Toluca y, después, a Ciudad de México— en su adolescencia, para estudiar y trabajar. Empezó a escribir poesía durante esos años en que vivía lejos de su casa. Desde entonces, ha publicado doce libros.
Irma Pineda: Un día alguien en Facebook me dijo: “No sabía que hacías rap, Irma”, y yo le dije, “¡Yo no hago rap!” Y él me dijo, “Sí, sí haces rap. Mira este video de ti haciendo rap”. Entonces me envió un video en donde sale mi poema “No me verás morir”, en español y en zapoteco, pero combinado con la canción compuesta por Toño MC. Él había hecho un sample de mi poema, con una canción y los ritmos del rap. Y cuando vi este video y escuché lo que había hecho, la verdad es que me gustó mucho. El video muestra la gente de la comunidad, las calles del pueblo, los graffitis y muchas otras cosas que son elementos importantes de la cultura. Junto con los árboles y la naturaleza. Pensé qué interesante…3
El hip-hop es sumamente popular en México, en particular entre adolescentes y adultos jóvenes indígenas, que escriben y rapean muy deliberadamente en los idiomas que hablan en sus hogares —en vez de hacerlo en español— para mantenerlos vivos: en sus comunidades, en su mente y en su habla. Lo hacen incluso a pesar de las limitaciones de su dominio individual de esos idiomas.
Cuando conocimos a Toño MC (que es el alias de Antonio López López) en 2017, él era un artista de hip-hop de 19 años que vivía en pueblo de Chicapa de Castro, a unos 25 kilómetros al este de Juchitán. El poema que sampleó, “Quí zúuyu naa gáte / No me verás morir”, es uno de los poemas más conocidos de Irma Pineda.4
Toño MC: Esta canción me hizo muy conocido. No es todo por mí; realmente necesito darle las gracias a ella [Irma Pineda]. Empecé a grabar con mis amigos. Nada serio, nomás jugueteando para impresionar a nuestras novias. Un grupo de chavos trabajando en mi cuarto. A mi mamá no le gustaba tener tantos jóvenes en su casa… Yo nomás componía y componía, me metía en el flow. Ni tenía computadora. Cuando por fin conseguí una computadora, grabé todas las canciones que ya tenía escritas… La subí a YouTube y la compartí por Facebook. Fue la gente de aquí del pueblo que escuchó primero y compró mis CDs. Entonces tenía yo dinero de la venta de los CDs, y eso me permitió construir una cabina de poliestireno y cartones de huevos. Y después un micrófono de buena calidad para hacer bien el sonido. Pero entonces mis papás me hicieron sacar la cabina. No me portaba muy bien.
Aunque la madre de Toño no quería que él grabara hip-hop en la casa, nos contó a Karen Werner y a mí que la alegraba que su hijo estuviera cantando y componiendo música. Quiere que siga trabajando en ambos idiomas, pero especialmente en el suyo, “porque la emoción se transmite más en zapoteco” dice.
Toño descubrió la poesía de Irma a partir de un video de una lectura de Pineda en YouTube, aunque vive a solo 25 kilometros de Juchitán, donde ella es una figura destacada. Por su parte, Irma descubrió que su poema había sido incluido en el rap de Toño a través de un mensaje de un amigo vía Facebook. Toño explica: “Yo estaba en la casa de mis abuelos, porque ahí hay internet. Estaba buscando pistas de audio para convertir en canciones”. Encontró el canal de YouTube de Irma Pineda y escuchó “No me verás morir”. “Era un sonido muy del istmo”, dice con respecto al ritmo. El verso de seis sílabas del título / estribillo fue central en la creación del poema. Irma dice que tenía en la cabeza el verso “no me verás morir” años antes de que naciera el poema completo. Toño escuchó el poema de Irma en español y en zapoteco istmeño varias veces. “Se me ocurrió que podía ponerlo sobre una baseline y hacer una mixdown”.
Toño MC: Yo soy nomás un chavo tratando de hacer algo que funcione. Y me va bien. Es calidad. Calidad casera, underground… [Mi abuelo] dice que mi música es de un género diferente. La gente mayor no la escucha… La gente de su edad tiene otra música, como los rancheros. A él le gusta porque lo que estoy haciendo está de moda. Incluso si a los mayores no les gustan, es importante por la lengua. Y otras personas le han dicho que es buena música.
A Toño, cuya lengua dominante es el español, lo inspiró la poesía de alguien perteneciente a una generación anterior a la suya. Irma Pineda es parte de la única generación verdaderamente bilingüe de Juchitán. La generación de la madre de Irma (y del abuelo de Toño) se siente más cómoda hablando en zapoteco. Los estudiantes de Irma (que tienen la edad de Toño) entienden zapoteco, pero muchos no saben hablarlo bien. La pérdida del idioma ha sido dolorosamente rápida en el istmo de Tehuantepec, al igual que en tantos otros lugares del mundo. La inminente extinción masiva de lenguas es una pérdida casi inimaginable, un quiebre global.
Toño MC: La escribí toda en español y después fui poco a poco preguntando a mi abuelo por las líneas que quería en zapoteco. Le preguntaba cuáles eran las palabras y cómo pronunciarlas. Él me enseñaba y me enseñaba; estuvimos trabajando dos días completos.
El talento, el conocimiento y la colaboración de tres generaciones hicieron posible el rap de Toño. Cuando Karen Werner y yo visitamos a Toño MC en Chicapa de Castro, él nos llevó a conocer a su abuelo. Hermilo López Peña se sorprendió y alegró al enterarse de que habíamos encontrado la música de Toño en internet. Hermilo describe el uso que hacen sus nietos de internet: “Se ponen a buscar cosas y, tarde o temprano, las encuentran. ¡Muchas cosas!”. Cuando le pregunté a don Hermilo si él también usaba internet, respondió: “No puedo. Porque todavía no sé leer”.
Hermilo López Peña: La música [de Toño] llega lejos, llega hasta allá. Por Internet, es fácil. ¡Su música hasta le llegó a usted! ¡Usted supo su nombre y vino hasta acá para buscarlo!
Mientras Toño MC se esfuerza por aprender zapoteco, se enfrenta cara a cara con la fragilidad de su lengua en su comunidad globalizada. Tanto Toño como don Hermilo asocian el movimiento de personas por el mundo con el movimiento del hip-hop por el mundo. Consideran que la migración de personas y de la música, que salen de su comunidad, son parte de la economía global.
don Hermilo: Acá la gente no se gana mucho. La gente es más pobre. Allá [en Estados Unidos] la gente puede trabajar. Y un dólar de allí vale mucho aquí. Mucha gente de aquí está allá. Antes, no íbamos. Yo nunca fui. Ahora, hasta los niños, hasta las mujeres se van. Algunos se han quedado mucho tiempo allí. Ya tienen sus casas allí. Algunos hasta ya no hablan español. Van por un año, luego otro año y otro año. ¡Ni se acuerdan de sus esposas!
Aunque Toño dice que oye la lengua zapoteca todos los días de su vida y que rapea que la lengua zapoteca nunca morirá, reconoce sus propios desafíos para aprender el idioma. Sabe que estar rodeado del zapoteco supone resistirse al tirón de la economía global y quedarse en su comunidad. Tal vez experimentará el mundo en su totalidad solo a través de internet. Tal vez nunca tendrá la experiencia que Irma Pineda describe en “Me llegó este día”, ese primer poema suyo que yo traduje, sobre extrañar el idioma propio cuando se vive lejos de casa. El proceso lento y arduo de Toño para componer letras de rap en zapoteco refleja el proceso por el cual pasó Irma Pineda hace una generación. Hablar con Toño me recordó algo que Irma me había dicho varios años antes:
Irma Pineda: Empecé a escribir poemas en zapoteco sin saber cómo escribir bien en zapoteco. Nadie me enseñó a leer zapoteco, entonces no sabía cómo representar los sonidos. No tenía diccionario. Ni tenía un libro de gramática.
No obstante, su método principal para distribuir su música es a través de YouTube, un medio visual. (Aquí se puede ver su video musical.) El video de Toño MC para “No me verás morir” empieza con su abuelo, don Hermilo, que está sentado en una silla, levanta un bastón tallado a mano y empieza a erguirse lentamente hasta incorporarse por completo. La cámara sigue su rostro apacible y profundo. Los espectadores tienen una aproximación íntima a la vida cotidiana en Chicapa de Castro, a través del patio de la casa de don Hermilo: una bicitaxi, árboles de mango, una bolsa llena de maíz seco y el pozo de agua. Así como la composición de la letra del rap comenzó con don Hermilo, el video —la expresión pública que Toño hace de su rap— comienza con el abuelo.
Irma Pineda: Es muy difícil mantener nuestra lengua en contra de las lenguas dominantes, las cuales han sido impuestas de tantas maneras. Aquí en México, el español fue impuesto a través de la violencia, el abuso físico, el castigo. Ha sido impuesto a través de los medios masivos y las instituciones públicas. Hay una lucha constante de las lenguas minoritarias contra las lenguas dominantes o hegemónicas. Es importante mantener la vitalidad [del zapoteco], porque nos define y es nuestra manera de nombrar al mundo. Por supuesto, ahora aprendemos cómo hablar otras lenguas y cómo expresarnos de otras maneras, pero siempre hay cosas que no se pueden expresar del todo, porque sólo podemos pensarlas y decirlas en nuestra propia lengua. Nadie quiere que muera su familia o su linaje. Para nosotros, la lengua es una parte de nuestras vidas. Si una lengua muere, es como si te amputaran una mano o un pie. A fin de cuentas, nos deja incompletos, porque la lengua es lo que nos hace sentirnos completos.
El video se aleja de don Hermilo en su patio y muestra a Toño MC sentado, de pie y caminando por las calles sin asfaltar de su pueblo natal: el paisaje exterior de su vida cotidiana. Vemos las manos de una mujer que borda un huipil floreado, un hombre que rema en canoa por un río y unos niños que se persiguen por el patio de una escuela. Unos murales brillantes que se extienden por las paredes de los edificios de color rosa, azul cielo y color melón: un retrato de una mujer mayor que parece iluminada por un reflector, un campo de flores estilizadas (como las bordadas en los huipiles de las mujeres istmeñas) y un muchacho con un sombrero fedora. La profunda conexión con el lugar y entre generaciones no es exclusiva de los videos de Toño MC. En los videos de otros grupos de hip-hop indígena mexicano se pueden encontrar imágenes y letras similares, que celebran a los ancianos, las fiestas tradicionales, los rituales sociales y la arquitectura, la flora y la fauna locales. (Aquí se puede ver al premiado trío Juchirap, oriundo de Juchitán.)
Irma Pineda: Yo le di vida [al poema “No me verás morir”]. Yo le di pies a este niño, y otras personas le dan alas. Le dan sentidos que yo jamás hubiera imaginado. Está volando; ya no necesita mi voz para ser escuchado. Ahora se escucha a través de las voces de otras personas, con otros ritmos… A final de cuentas, los poemas son como niños, empiezan a caminar por sí mismos y es mejor así.
El 7 de septiembre de 2017, que fue el momento en que Karen Werner y yo terminamos nuestro documental radiofónico, el istmo de Tehuantepec sufrió un terremoto devastador. La mayoría de los edificios de Juchitán, Chicapa de Castro y otros pueblos y ciudades del istmo se derrumbaron, o fueron demolidos tras el terremoto porque dejaron de ser seguros. La mitad de las casas particulares de Juchitán quedaron destruidas, al igual que todos los establecimientos educativos, desde los preescolares hasta la universidad en la que Irma imparte clases. Mucha gente tuvo que vivir a la intemperie bajo lonas improvisadas, durante la intensa temporada de lluvias, porque la tierra no dejaba de temblar. Durante todo el curso escolar, con lluvia (torrencial) o con sol (abrasador), los estudiantes asistieron a las clases al aire libre, en los patios, junto a los montículos de escombros que habían sido los salones de clase.
En las semanas y meses posteriores al terremoto, se creó de forma colaborativa en las redes sociales una oda / elegía / poema de amor a la región del istmo. A través de sus publicaciones y conversaciones virtuales, los istmeños reconstruyeron metafóricamente sus ciudades y pueblos. A medida que las personas iban asimilando sus pérdidas a través de las redes sociales, hacían circular un poema: uno que representaba su espíritu de supervivencia. El poema era “Quí zúuyu naa gáte / No me verás morir” de Irma Pineda.
No me verás morir / no podrás olvidarme / Soy tu madre / tu padre / la vieja palabra de tu abuelo / la costumbre de los tiempos / la lágrima que brota de un anciano sauce
Wendy Call
Rainier Writing Workshop
Tacoma, WA
Traducción de Gabriela Rabotnikof
1 Muchas gracias al programa Earshot de la Australian Broadcasting Corporation por haber encargado y transmitido el documental.
2 El sistema de escritura basado en pictogramas del zapoteco cayó en desuso mucho antes de la llegada de los europeos a México. Durante la mayor parte de su historia, el zapoteco istmeño tuvo una tradición literaria oral. A fines del siglo XIX, los poetas y escritores zapotecos istmeños volvieron a producir literatura escrita, utilizando un alfabeto transliterado. En la actualidad, esta poesía está en auge en forma impresa.
3 Todas las entrevistas se realizaron en español y luego fueron traducidas al inglés por la autora. Las versiones en español que se leen aquí son re-traducciones al español de los textos en inglés, hechas por Arthur Malcolm Dixon.
4 “Quí zúuyu naa gáte” aparece en la colección de poemas de Irma Pineda del año 2007, Xilase qui rié di’ sicasi rié nisa guiigu’ / La nostalgia no se marcha como el agua de los ríos, publicada por Escritores de Lenguas Indígenas (ELIAC) en Ciudad de México. Deep Vellum Books publicará una edición trilingüe de este libro, con mis traducciones al inglés, en 2023.