Nota del editor:
I Offer My Heart as a Target/Ofrezco mi corazón como una diana , de Johanny Vázquez Paz, presenta a la nueva ganadora del Premio Paz de Poesía, otorgada por el Ciclo Nacional de Poesía, y también incluye una introducción de Rigoberto González. Presentamos este adelanto de Ofrezco mi corazón como objetivo en español y en inglés, traducido por Lawrence Schimel. Haga clic aquí para leer su nota del traductor.
Arma de doble filo
El año que nos mataron
todas usaron pistolas.
Entramos a una sucursal
con la tarjeta de Link
a reclamar nuestro derecho
a la segunda enmienda
y sin mucha fila o espera
escogimos el modelo estándar
o pagamos en efectivo
la diferencia de precio
por un fusil automático.
Nos sentimos tan protegidos
con nuestro seguro de vida.
Portar la muerte en la cintura
da valor para hablar y decir
todo lo que antes callábamos.
Nuestra autoestima alcanzó
niveles inimaginables de altivez.
Cuando en nuestros empleos
respondemos a las balaceras
y contraatacamos a los abusos
habituales del poder,
decidir reinventar una nueva
carta para sus derechos
y quitarnos los juguetes.
Desde luego nos defendimos pero
ellos siempre tuvieron más armas
y la ley a su favor.
Voz interna
Hay un yo dentro de mí que me controla.
Nunca calla su imitación perfecta de mi voz.
Ni siguiera cuando duermo apaga su despotismo:
en sueños me empuja por un precipicio
y despierto de un tirón ahogada en un mar sin fondo.
Cuando amanece, ahí está dándome los malos días
me recuerda la patética vida que me espera
me anima a permanecer en la cama,
obviar los compromisos, echar todo a perder.
Inclusive me recuerda la pistola de mi padre
y me insta a seguir su ejemplo
como debería hacer toda buena hija.
Yo me levanto y la contradigo
le discuto, la muerte y hasta le saco sangre
pero ella nunca silencia su diatriba.
A veces dejo que haga conmigo lo que le plazca
solo para acallarla aunque sea un ratito.
Ahora mismo me ha amarrado las manos
y escribe sus victorias en el ruedo
se burla de mis fracasos y se declara vencedora
como norma pasa en las páginas
que llevan mi nombre.
Diáspora de palabras
Las palabras se me van se me van
empacan y emigran a un país desconocido.
Como hijas quieren hacer su propia vida
mudarse de casa / llamar solo el domingo.
Huyen de la memoria como ratones asustados
en su diáspora se dispersan a otras tierras.
La laringe es un collar de cuentas perdidas
donde mi voz no resuena fonemas heredados.
Sangra la lengua en la mordida
sin balbucear la tilde en la sílaba correcta.
Yo que me fui con la maleta vacia
a recoger palabras como chicles pegados en las aceras.
Raspé el suelo con mis uñas afiladas
y chupé colillas extranjeras para pertenecer.
Fumar en otro idioma causa un cáncer que se propaga;
primero los labios, luego la lengua, despues
la voz se ahonda, se come el cerebro, metástasis lingüística
y las masas se ponen de acuerdo y susurran: ¡ya no eres!
Me despojan la nacionalidad, me inventan una ciudadanía
me halan la isla bajo los pies y me hundo en el espanglish.
Poco a poco las palabras se me van se me van
sin cartas de querido john pegadas en el recuerdo
sin señales que me adviertan que hasta aquí
respirarán conmigo y se harán sonidos en mi voz.