Nota del editor: Haz clic aquí para leer un ensayo de Fabio Morábito que parte del poema que sigue.
Puesto que escribo en una lengua
que aprendí,
tengo que despertar
cuando los otros duermen.
Escribo como quien recoge agua
de los muros,
me inspira el primer sol
de las paredes.
Despierto antes que todos,
pero en alto.
Escribo antes que amanezca,
cuando soy casi el único despierto
y puedo equivocarme
en una lengua que aprendí.
Verso tras verso
busco la prosa de este idioma
que no es mío.
No busco su poesía,
sino bajar del piso alto
en que amanezco.
Verso tras verso busco,
mientras los otros duermen,
adelantarme a la lección del día.
Oigo el ruido de la bomba
que sube el agua a los tinacos
y mientras sube el agua
y el edificio se humedece,
desconecto el otro idioma
que en el sueño
entró en mis sueños,
y mientras el agua sube,
desciendo verso a verso como quien
recoge idioma de los muros
y llego tan abajo a veces,
tan hermoso,
que puedo permitirme,
como un lujo,
algún recuerdo.