La calma sobre la ira
(Maituulin shia saa’u jüttaa aa’in)
La vida florece en la calma
…escuchamos nuestra ira
bajo los trupillos,
junto a las hormigas,
bajo el silencio de las madres,
junto a los pies de los ancianos,
cerca a los latidos de las piedras,
entre los sueños de los niños
…estas fuerzas despejan los caminos.
Oscuridad-Luz
(Piushi-jolottui)
Vengo de recibir un cargamento de voces
enviado por Jouktai,
el andariego viento del Este.
Vengo de entregar, al silencio de mis mayores,
un tejido de sueños
entrelazados y encendidos.
Ahora contemplo, entre el sol del atardecer
y el rostro de mi mujer,
la roja celebración del estar vivo.
Península
Vivimos entre lo poco y la abundancia,
entre el sueño anunciador y la serena vigilia
…somos la angustia sonriente aumentadora de vida
…somos un tejido de nudos en el telar del entorno,
la complacencia de ser tierra y respiración, indivisibles.
Maio’w (…o el Último Hijo de la Vida)
“Mapuana… ¿has escuchado el silencio que florece en primavera?
…silencio que trae la sonrisa de los ancestros a los labios de los niños
…que hace brotar los sonidos del fondo de la tierra
…que nos hace entender el lenguaje del aire
…que nos traduce el habla del padre lluvia
…que revela los secretos de las sombras del señor luna
…es la distancia respirada entre trinos de pájaros
y cantos de chicharras.
Mapuana… ¿has escuchado ese silencio que florece en primavera?
…es el que nos abre los oídos a los mensajes de la piedra
y a la palabra arcilla de los primeros abuelos.
…que nos hace oír los próximos cantos del pájaro wainpirai cuando duerme y el murmullo de las hormigas cuando anuncian las lluvias… y, en él, oímos el fuego tranquilo de los crepúsculos… oímos los cambiantes colores de la enfermedad… oímos la risa del agua en las gargantas…y el pálpito de las voces de nuestras mujeres recién salidas del sueño.
Mapuana… ese mismo silencio, bajo la lluvia de la guerra, entonces, se convierte en cuchillo hiriente del corazón… en abrazo de espinas… alacrán de los oídos… nudo de los tobillos… humo negro en las narices… tizón de los ombligos…
Mapuana… el silencio es la matriz del pensamiento… espacio adentro que nos hace pescadores del sueño de redes del mar… que nos hace pastores del sueño-polvoriento de la tierra… ese silencio en primavera, me ha dicho: “la calma de la sangre… es el último hijo de la vida”
Vete tranquilo, Mapuana, diles que no pelearemos, pues, ese último hijo de la vida quiere crecer entre nosotros.
Poemas del libro inédito Voices from the Ancient Heart of the Countryside