1
Algunas cosas, al caer, hacen ruido. Otras no. Cae la noche, por ejemplo, en silencio. La casa no cambia. Los muebles y las ventanas siguen en su sitio. Donde hay espacios, sigue el vacío. Donde dejamos la noche siguen las bolsas, los platos, las llaves, las sandalias. Los restos del día no se mueven. Pero todo se oscurece. La noche no tiene sonido propio.
2
Suena un cuerpo al caer sobre otro. Suenan, a veces, los picos en la tierra. Suena una voz llamando a otros cuando el palo se ha hundido. Abajo hay un hueco de gases sin sonido. Las manos remueven la tierra y las voces callan. Alguna ropa encuentran: todo esto sucede en silencio. Ya no tienen sonido los cuerpos. Desenterrar es un verbo de silencio.
3
Muerte es un verbo gerundio. Se está esperando. Una sabe que sucederá y que casi nunca, no, no viene en silencio. Si no alcanzo a decir algo, si no logro que suceda con rapidez, si tengo que verle durante horas en los rostros de quienes me monten, ¿podré pedirle -a la muerte- que acalle todo lo demás?
4
¿En qué hora comenzamos a pedir la piedad de la muerte?
5
La noche es territorio imposible. Antes nos íbamos para que nos sucediera algo; ahora nos vamos para que nada nos suceda.
Entre esa mujer y yo está la calle. Quién correrá. Hacia qué lado iremos. El ritmo constante de la marcha: caminar sin olfatear el apuro, mirar sin que se te escape el miedo.
Una quisiera saber que el silencio de la noche terminará al llegar, completa, a cualquier sitio.
Vocabulario para no olvidar
Para Samantha
I
Quiero que aprendas las palabras
no
basta
desaparecida
calcinada
violentada
asesinada
quiero que aprendas a decir
éstas cosas comunes
y que aún
en tu lengua haya espanto
quiero salvarte del horror
y te digo
estas palabras, que duelen,
para las que no hay paz, ni manera
de pronunciarlas correctamente
para que al leerlas
sepas que aún comunes
posibles, reales, cercanas,
serán
nunca
razón suficiente
para callarlas.
II
Nombra una palabra.
Dime
luz
El sol nace en tus ojos.
Desde tu mirada el tiempo atardece.
Dime
canto
Kilómetros de música para tu sueño.
Dime
tierra
El trigo anuncia lo que ya es
y aún no has mirado.
Nombra los días
desde la verdad de quien posee
la palabra
por primera vez.
Dime.
Traeré a la mesa lo que no has nombrado
para que corra el agua
que no está
—todavía—
en tu lengua.
Si te dicen corre
: aprende a quedarte.
Si te dicen calla
: aprende a gritar.
La palabra es acto
la palabra es tuya.
MX
La poesía se encuentra cuando se lucha.
Leopoldo Ayala
El país que soy
vive en todas las geografías
entre los labios de los que hablan otras lenguas
—segundas, terceras, cuartas lenguas—
para nombrar la dirección desde donde llegaron;
el país que soy
que somos
hijo del maíz
centinela de su herencia
país que camina
país que se lleva en la espalda
país que cruza el río
país que se aventura
país que grita
país que sabe callar
país que no sabe vencerse;
el país que soy
sigue buscando
a todos los hijos
hermanos
padres
madres
amigas
colegas
a los que
echaron a una fosa
a los que
han encontrado en una fosa
a las que
no sabemos cuándo
seremos
una más en cualquier fosa;
el país que soy
que somos
es la vocación de la sonrisa
con su música
con su juego de palabra
con su hacerse de las buenas
con su olvidarse de las malas
el canto que se llora
la promesa que se ríe
el montón de palabras
y el trastocado tiempo del
ahorita;
el país que soy
el que saldrá
otra vez
otra vez
otra vez
a las calles
para decir
yo, clasemediera
yo, burguesa
yo, proletaria
yo, inmigrada
yo, que vuelvo
yo, que me he ido
yo,
yo, mexicana
yo:
yo decido.