Ximena de dos caminos. Laura Riesco. Lima: Penguin Random House, Lumen, 2020. 284 páginas.
En 1994, la editorial Peisa publicó Ximena de dos caminos, la segunda novela de Laura Riesco (La Oroya, Perú, 1940 – Ogunquit, Maine, 2008). Celebrada por la crítica peruana y objeto de estudio de tesis e innumerables trabajos, ha sido leída como una novela de aprendizaje pionera en la narrativa peruana que ostenta innumerables novelas de este género pero cuyos protagonistas son varones. También se ha destacado que Ximena rompe con las convenciones de la novela realista urbana, las del indigenismo y del neoindigenismo; y que sin embargo no deja de abordar los conflictos sociales, la injusticia e inequidades de la fragmentada sociedad peruana.
Asimismo, Ximena puede leerse como una novela sobre el aprendizaje de la escritura en tanto que narra el proceso de Ximena, alter ego de Laura Riesco, de atrás para adelante tal como se revela en el capítulo final, “La despedida”. La novela es un viaje por la memoria donde el encuentro con la niña que fue, deviene imprescindible para que la adulta pueda seguir viviendo: “Por más lejos que estés (…) no podrás olvidar tus primeros años y los cuentos que escuchaste en tu niñez irán a tu lado siempre (…). Un día tendrás que arrancarte de esos años para seguir adelante en el camino de otros cuentos” (p. 282), instruye la adulta a la niña. Los caminos que recorre Ximena son también los caminos de la escritura y el “uso de la palabra” como diría nuestro poeta José Emilio Westphalen, sin H; y con H, nuestro también poeta José Watanabe. Una novela donde la palabra sana, transforma, libera, revela.
Ximena de dos caminos está dividida en siete capítulos, viñetas, episodios que van en este orden: “Los juguetes”, “La ahijada”, “Los primos”, “Alcinoe II o las tejedoras”, “La costa”, “La feria” y “La despedida”. Aunque en apariencia autónomos, pues Laura Riesco experimenta con una narrativa no convencional, plena de elipsis y esquiva a la causalidad y orden temporal, en cada uno de estos percibimos el mundo con los ojos de Ximena niña, en la voz de la adulta a quien conoceremos en «La despedida». Su voz y su mirada nos conducen por los muchos caminos que se revelan desde diversas condiciones, identidades, jerarquías que trascienden las dicotomías: sierra y costa / español y quechua / hombre y mujer / privilegiado y marginal / convencional y rebelde / blanco e indígena / oralidad y escritura / tradiciones andinas y cultura occidental. En Ximena, estos viejos, pero no por ello menos vigentes estereotipos, oposiciones y dicotomías son puestos en cuestión, nos abisman en la incertidumbre y nos interpelan en la necesidad de complejizar nuestra mirada, de conocer y reflexionar.
Laura Riesco emprendió la escritura de Ximena de dos caminos sin pensar en publicar; quería rescatar sus “recuerdos imaginados” y su “lengua materna”, que era el castellano. Con eso bastaba porque, se preguntaba no sin cierta ironía “¿A quién le iba a interesar el buceo balbuceante en busca del conocimiento de una niña pequeña en una prosa tan lenta?”1 Alcanzó a saber, antes de su prematura y lamentable muerte ocurrida en el 2008, que estaba equivocada; que transitando los caminos de Ximena nos encontramos con nuestros miedos, contradicciones y culpas, con nuestros difíciles mundos interiores, con nuestro país convulso y dividido.
Aunque publicada en 1994, seis años antes del fin de siglo, afirmo con certeza que Ximena de dos caminos es la gran novela peruana del siglo XXI. Su reedición es un acierto; y otro acierto sería que alguna editorial se interesara en publicar La tentación de Miroslava Cupranovich, la tercera novela que Laura Riesco dejó inconclusa, aunque prácticamente terminada.
Giovanna Pollarolo
1 Riesco, Laura. “Al rescate de la palabra y de un Perú lejano”. En: Hispania, Vol. 81, N 1 (Marzo, 1998), pp. 69-74.