Alfredo Bryce Echenique. Un mundo para Julius. Edición conmemorativa 50 años. Lima: Peisa, 2021. 576 páginas.
Hay novelas que dejan una huella indeleble en la historia literaria de un país. Sus personajes no solo se convierten en parte de la memoria de un colectivo social y del mundo íntimo de sus lectores, sino que su autor se vuelve un referente indispensable de su acervo cultural. Este es el caso de Alfredo Bryce Echenique y de Un mundo para Julius. Desde su publicación en 1970, la primera novela del autor limeño no solo pasó a ocupar un lugar protagónico en las letras peruanas, sino que cincuenta años más tarde continúa gozando del aplauso de sus muchos lectores. Desde un comienzo, Un mundo para Julius fue elogiado como uno de los retratos más notables de la clase alta peruana y convirtió a Bryce en uno de los escritores más celebrados dentro y fuera del Perú. Cinco décadas después, su novela no solo es un clásico de la literatura peruana e hispanoamericana, sino también un referente obligado para estudiar la privilegiada existencia de la burguesía peruana y su manera de entender el acontecer social del Perú en la primera parte del siglo XX.
La historia del nacimiento de Un mundo para Julius la ha contado muchas veces el propio Bryce. En 1967, instalado en París y tras haber terminado de escribir su primer volumen de cuentos, Huerto cerrado (1968), Bryce tiene la idea de escribir un relato que lleva como título provisional “Las inquietudes de Julius”. Ese relato no debía exceder las diez páginas de extensión. Sin embargo, el azar, la buena fortuna y la rica imaginación del autor, hicieron que el cuento empezara a crecer y crecer, hasta llegar a ser lo que hoy conocemos como Un mundo para Julius. Bryce recuerda que la escritura de su primera novela fue una experiencia grata, un largo proceso de creación que pronto adquirió un vuelo propio. Y es que, a medida que la escritura de la novela avanzaba, es evidente que Bryce descubrió aquello que todo escritor aspira a encontrar: una voz propia para narrar. Esa voz es precisamente la que hoy todos sus lectores reconocemos: una voz expansiva y torrencial, tan tierna como traviesa para contar. Ésta se forja desde una oralidad muy trabajada y de un humor que nos va revelando las vicisitudes del mundo que retrata. La de Bryce es una voz que, desde sus repentinas digresiones y reiteraciones, siempre es capaz de hablarnos al oído, convirtiendo el acto de la lectura en algo que se asemeja a una larga conversación entre dos amigos, vale decir, entre el autor y el lector.
En Un mundo para Julius, todo este juego verbal tiene un propósito muy claro: contarnos la vida de un niño curioso y sensible perteneciente a la clase alta limeña y destinado a heredar el fastuoso mundo de sus mayores. Sin embargo, a medida que Julius descubre el mundo que lo rodea, descubre también las grandes brechas que separan a ricos y pobres en el Perú de los años 50. Así, el final abierto de la novela interpela al lector, pues nos invita a especular sobre quién será este niño sensible y solidario al llegar a la vida adulta.
En 1970, Un mundo para Julius quedó como finalista del Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral de Barcelona. La otra novela que aspiraba al premio era El obsceno pájaro de la noche del chileno José Donoso. Sin embargo, debido a desavenencias entre los miembros del jurado (entre ellos, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez), el premio nunca se falló. En verdad, lo que se estaba gestando era una crisis de proporciones mayores que a la postre acabaría con la editorial Seix Barral, la misma que en los años 60 había dado a conocer a grandes nombres de la novela hispanoamericana contemporánea. Así las cosas, la primera edición de Un mundo para Julius finalmente apareció en Barcelona en octubre de 1970, inaugurando la colección Nova Hispánica de la nueva editorial Barral Editores, que dirigía el escritor catalán Carlos Barral. Los elogios críticos no se hicieron esperar. Sin embargo, ante las muchas erratas que figuraban en el texto, producto sin duda de un corrector que no entendió los muchos peruanismos en la novela, Bryce solicitó que el libro fuese retirado de circulación. Por ese motivo, la nueva edición de Un mundo para Julius, corregida por el autor, recién empezó a circular en el Perú en 1971 causando un gran revuelo en el mundo literario peruano. Ese revuelo se extendería poco después a una parte importante del mundo hispanohablante y, con el paso del tiempo, a otras latitudes.
Al reflexionar sobre el camino recorrido por Un mundo para Julius a cincuenta años de su aparición, no cabe duda de que estamos ante una novela fundamental en el desarrollo de las letras hispanoamericanas. No está demás recordar que para 1970 la llamada generación del Boom estaba en pleno apogeo. Durante la década anterior, escritores como Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez habían dado a conocer novelas que marcarían un nuevo rumbo para la narrativa hispanoamericana. En ese contexto, la primera novela de Bryce sorprendió por su novedosa voz narrativa, dispuesta a explorar desde la oralidad, el humor y un fino uso de la ironía nuevos derroteros en el arte de contar historias. Por ello, cinco décadas más tarde resultan útiles las palabras de Ítalo Calvino para definir un libro que es considerado un clásico: “Un clásico es un libro que nunca ha terminado de decir lo que tiene que decir”. Una afirmación como la anterior se debe, sin duda, a la riqueza de matices que la novela de Bryce nos ofrece a partir de su inolvidable protagonista, su vasta galería de personajes, su originalísimo retrato de la sociedad limeña y las muchas voces narrativas que conforman el tejido del relato.
Vale la pena repetirlo una vez más: con Un mundo para Julius estamos frente a una obra maestra de la literatura latinoamericana. En el Perú, la novela no solo recibió el Premio Nacional de Literatura en 1972, sino que dos décadas más tarde, en 1995, fue escogida como la mejor novela peruana en una encuesta realizada por la revista limeña Debate. Por todo ello, no resulta exagerado afirmar que Un mundo para Julius no solo es un libro que ha envejecido bien, sino que sigue cosechando el aplauso de nuevas generaciones de lectores.
La presente edición conmemorativa, que incluye un magnífico prólogo del escritor español Luis García Montero, debió aparecer en el año 2020 para coincidir con el medio siglo de vida de la publicación de la novela en 1970. La pandemia impidió que ese deseo se llevara a cabo. No obstante, su arribo es digno del mejor elogio pues, cinco décadas después, Un mundo para Julius es un clásico a cuyas páginas siempre es necesario volver.
César Ferreira
University of Wisconsin-Milwaukee