La Construcción Poética de lo Sagrado en “Alturas de Macchu Picchu” de Pablo Neruda. Roberto Onell. Hildesheim-Zurich-New York: OLMS. 2016. 400 páginas.
La poesía nerudiana es fuente de bullentes versos donde se contienen el telurismo y simbolismo que tanto caracterizan a su quehacer poético, los cuales esperan ser interpretados para manifestar así el profundo diálogo literario y cultural; atravesando, de esta forma, las categorías de lo particular a lo universal. Así también lo comprende Roberto Onell, quien, en su libro, emprende un riguroso y esclarecedor estudio del poema “Alturas de Macchu Picchu” de Pablo Neruda contenido en Canto general (México 1950), cuyo propósito es determinar la identidad del hablante y la revelación de este como “un sujeto que deviene profeta y profeta que deviene de mesías” (13).
Onell nos insta a acompañarlo en este trayecto hermenéutico para desvelarnos la riqueza y la complejidad del lenguaje poético nerudiano y evidenciar así, entre otros aspectos, que “Alturas de Macchu Picchu” es “sucesivamente anunciada, sugerida, prefigurada, invocada, referida, cantada, alabada y, en el fondo, poetizada” (261). Los resultados de esta investigación solo pueden concebirse gracias a la metodología de análisis escogida e implementada en las doce partes y en cada uno de los cuatrocientos veinticuatro versos que componen el conjunto del poema. Dicho procedimiento radica en la aplicación de métodos de lectura para lograr, tal como lleva a cabo, una aproximación lo más cercana y fidedigna posible a la realidad textual. Por ello, y siendo consecuente con sus objetivos, Onell opta por realizar un acercamiento deductivo alcanzado mediante una lectura heurística y otra hermenéutica, además de emplear el concepto close reading, lo que le permite atender, con excepcional fineza, a cada elemento constitutivo del poema y su significación en plena consistencia y rigurosidad en términos filológicos y literarios (367), puesto que solo así se “ponen de manifiesto la función reveladora de una verdad que se ofrece sólo en el texto” (24). A fin de evidenciar esto y constatar su planteamiento inicial, el autor estructura su libro en cinco partes, de las cuales nos referiremos a las primeras dos; destacando, en particular, la segunda.
Por un lado, en el primer apartado, Onell propone su objetivo e hipótesis, al mismo tiempo que refuta la formulación de ciertos críticos que vinculan el hablante de este poema directamente con Neftalí Reyes, cuestión que comprueba a lo largo de su análisis y que queda totalmente objetada al final de este. Destaca enormemente la profusa revisión bibliográfica en donde atiende, cronológicamente, a las principales propuestas de lectura de “Alturas de Macchu Picchu” y las relacionadas a Canto general, donde acentúa que la figura del yo como Cristo es vista solo como una semejanza y no con una identificación (57). Por otro lado, el segundo apartado, el de mayor extensión, corresponde al análisis del poema, cuya minuciosa e indispensable metodología, ya referida, demuestra que cada detalle afecta a la significación. Enfatizo de esta sección la pre-comprensión sonora, rítmica, gramatical y métrica que realiza el autor antes de analizar una parte del poema, puesto que, gracias a ella, expande la reflexión a dimensiones que, normalmente, no se consideran lo suficiente al momento de interpretar, promoviendo el surgimiento de pequeñas hipótesis a comprobar. Gracias a todo esto, el poema se revela como una dinámica apertura a lo sagrado, cuyo término es un llamado ecuménico, el cual, magistralmente, queda en una espera.
Creo que este estudio exterioriza la agudeza con que fue creada “Alturas de Macchu Picchu” y demuestra, a su vez, que con un adecuado empleo del método de análisis literario es posible contemplar, tal como expresa Neruda, este poema como “Cúpula del silencio, patria pura”.
Jennipher de los Ángeles Román Navarro
Universidad de los Andes