Las universidades, actualmente, viven sumidas en una crisis de las humanidades. Dicen que ya nadie quiere leer. Y está claro que así es. Pero corrijo la frase, nadie desea ser obligado a leer. Leer es siempre un acto voluntario. La razón es muy sencilla: la literatura no es una profesión, aunque pueda profesionalizar; no es un trabajo, aunque su escritura implique mucho trabajo. No nace de los cursos de literatura, aunque se enseñe en colegios y universidades. En realidad, la literatura es lo que nos mete en problemas, lo que nos diferencia y se niega a lo idéntico, una forma de comprender lo que se nos escapa. Cuando creemos que estamos atrapados por los discursos del pensamiento único, la literatura nos “habla” para evitar que los peces que ascienden contra la corriente los atrapen los profesores de siempre con sus palabras de yeso y sus enseñanzas de cartón piedra. Algo falta y algo sobra, sin duda alguna. Quizás podríamos cruzar la calle y atrevernos a contemplar esta foto, congelada en las paredes del tiempo, desde el otro lado de la vereda.
Atreverse, escuchar esa otra voz, alcanzar la otra orilla. En otras palabras, zafar.
Y si hay alguien que se atreve y transgrede es la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, nuestra escritora destacada en este número de Latin american Literature Today. Su mirada de la realidad parece enamorada de los extremos. No lo oculta. Ampuero es dueña de una escritura que escarba entre los aspectos más despiadados de la vida, aquellos que preferimos no ver. Escritora y periodista; actualmente vive en España, pero Ecuador está siempre allí. El terror aparece abundantemente en sus libros. Personalmente le interesa, le obsesiona. El terror en su literatura es más que un género literario. Las mujeres maltratadas –en particular las niñas–, los migrantes y muchos otros personajes fuera del registro habitual del mundo, aparecen en sus cuentos como víctimas de una violencia cotidiana, a veces insoportable. Narrar es narrar lo inenarrable. María Fernanda se hizo conocida internacionalmente en 2018 con su libro de cuentos Pelea de gallos. Aunque no era su primer libro, la escritura descarnada que allí emergía no pasó desapercibida ante los ojos de la crítica latinoamericana. Los resultados están hoy a la vista. La editora invitada para armar este dossier fue la escritora, poeta y periodista ecuatoriana, Issa Aguilar Jara. En él también escriben Natalia Andrea Mera y Rosalía Vázquez Moreno. A este trío de jóvenes autoras le debemos el dossier que anuncia la portada de este número.
El segundo dossier subraya la obra de la escritora puertorriqueña, pero neoyorkina por adopción, Giannina Braschi. Sin el entusiasmo de nuestra amiga, Tess O’Dwyer, este proyecto no habría sido posible. Tess reunió el material y convocó a los colaboradores de este dossier. Como bien describe Manuel Broncano, Giannina Braschi puede ser vista como “poeta nuyorriqueña, filósofa latinx, novelista postmoderna, escritora mágico-realista, dramaturga post-dramática…”, además de un largo etcétera. Braschi, como todo aquel que es dueño de una escritura inclasificable, es y no es todo esto. Le dejaremos a los lectores decidir si estas diversas etiquetas sirven o no para entender su literatura. En el dossier nuestros lectores encontrarán artículos de Broncano, junto con los de Nuria Morgado y Sarah Ahmad, además de un breve fragmento de Putinoika de la misma Braschi.
La sección de entrevistas viene cargada de novedades editoriales. Y todas de primera. Pablo Concha entrevista al escritor y traductor español Javier Calvo, quien acaba de publicar una estupenda traducción de las cartas del mítico escritor estadounidense y maestro del terror, H.P. Lovecraft. Este libro se ha titulado: Cartas I, de H. P. Lovecraft (Editorial Aristas Martínez, 2023). Por otra parte, el escritor y periodista colombiano Juan Camilo Rincón entrevista al escritor argentino Eduardo Sacheri, quien acaba de publicar su última novela: Nosotros dos en la tormenta (Alfaguara, Argentina). La última entrevista es mía y tiene algo de especial, pues se trata de la reedición de la biografía de Fito Páez, cuyo título es simplemente Páez, y que este año vuelve a publicar la Editorial Cerdos & Peces. Para ello hablé con Vera Land sobre el presente y el pasado del rock argentino; en realidad, de todo lo que tenía que ver con este libro inicialmente publicado en 1995, por Vera Land y el mítico periodista cultural Enrique Symns. Páez, la biografía de Fito, ahora está disponible en librerías para los fanáticos de la música rock en español y el periodismo cultural hecho a mano.
La colaboración con World Literature Today esta vez es doble. Primero, porque nuestra sección de literatura de otras partes del mundo viene con varios artículos. El primero es de Veronica Esposito, quien estudia a tres escritoras latinoamericanas: Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin y Mónica Ojeda. Casos muy singulares, por cierto. Si acaso estas escritoras, escribe Esposito, “encuentran resonancia y significado en los ámbitos del horror, lo político y el cuerpo […]” es “porque están conectadas con algo fundamental sobre ser mujer a comienzos del siglo XXI”. Es tarea de nosotros adentrarnos en estas nuevas propuestas literarias y descubrir lo nuevo que hay en ellas. Otro artículo es de la autoría de nuestra amiga de siempre, Michelle Mirabella. Michelle escribe, casi como una corresponsal de guerra, acerca de Gato Caulle, una librería con olor a comunidad en el extremo sur del continente americano, en la ciudad de Valdivia, en Chile. Finalmente, Kevin M. F. Platt y Mark Lipovetsky conversan con la poeta y narradora Maria Stepanova, la reconocida autora de En memoria de la memoria. En estos días de guerra y desesperación, Rusia y sus escritores tienen mucho que decir. WLT también está presente en nuestra sección de literatura indígena. El número 97 (Nro. 5, septiembre de 2023) de WLT estuvo dedicado a las literaturas indígenas del continente americano. Nuestra selección para LALT de este número incluye a Fredy Chikangana, poeta quechua, de la nación Yanakuna Mitmak, del suroriente del Cauca; Cruz Alejandra Lucas Juárez, originalmente de Tuxtla, Zapotitlán, quien escribe sus poemas en Tutunakú y español, y la poeta, traductora y activista del idioma Ch’ol Miriam Esperanza Hernández Vázquez, de Masojá Shucjá, Tila, Chiapas. Evidentemente, este número de WLT encuentra su natural resonancia en las páginas digitales de LALT donde hemos venido promoviendo distintas literaturas indígenas de nuestro continente desde la fundación misma de Latin American Literature Today. Una nota importante: la nueva colaboración en lo que respecta a la traducción de estos textos publicados en WLT es llevada adelante por alumnos de la cátedra de Residencia de Traducción Literaria a cargo de la profesora Daniela Bentancur, del traductorado de inglés del Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández” (Buenos Aires, Argentina).
Y hablando de poetas, este año la editorial estadounidense Seven Stories Press reeditó Historias y poemas de una lucha de clases, del poeta salvadoreño Roque Dalton. LALT le ofrece un adelanto de nueve poemas extraídos de esta publicación. La actualidad de Dalton, hay que señalar con alegría, no decae un milímetro. Valga una cita, el poema “Poeticus eficacciae”. Conserva toda su frescura y su inquietante verdad, resulta perfecto para entender la función de la literatura política en estos tiempos en que nuestra polarizada América Latina se esfuerza por levantar cabeza.
Podréis juzgar
la catadura moral de un régimen político,
de una institución política
o de un hombre político,
por el grado de peligrosidad que otorguen
al hecho de ser observados
por los ojos de un poeta satírico.
Como siempre, cuidado con los poetas. Toda república tiene su Platón.
En lo que toca a las traducciones, destaco un breve ensayo de la traductora australiana Lilit Žekulin Thwaites, que recuerda a una de las traductoras al inglés más legendarias que hemos tenido en la literatura latinoamericana: la estadounidense Edith Grossman, quien falleció en septiembre de este año en New York City. La lista de sus traducciones incluye a autores como “Gabriel García Márquez (quien, como es bien sabido, la describió como su voz en inglés), Mario Vargas Llosa, Mayra Montero, Ariel Dorfman, Sor Juana Inés de Cruz, Carlos Rojas”, entre otros. Esperamos que esta nota sirva como reconocimiento y testimonio al trabajo de Edith Grossman.
Con esta entrega de LALT cerramos el año, llegando así a 28 números publicados ininterrumpidamente. Así afirmamos, con este gesto gratuito y casi imposible, que la literatura sigue existiendo (queremos ser la prueba de ello), pero sin engañarnos tampoco. La literatura también podría no existir, lo sabemos; y bien lo señalaba Kafka cuando afirmaba que también seríamos felices si no tuviéramos libros. Lo que pasa es que Kafka sabía que algunos libros son peligrosos y nos susurran al oído el plan maestro para escaparnos de los guiones de la vida prefabricada, para derrotar las mentiras con las cuales a los niños se les obliga a ponen los pantalones largos de la derrota. Ese puñetazo con el que uno despierta a la vida leyendo un libro, bien vale la pena. Todo lo cual me recuerda que la literatura finalmente es para los que zafan, para esos viajeros mágicos de la imaginación humana; los que saben que hay una calle que no es de ida y vuelta, que el rumbo es perderse, detenerse, esperar el milagro.
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