La noche de la usina. Eduardo Sacheri. Barcelona: Random House, Alfaguara. 2016. 362 páginas.
La novela de Eduardo Sacheri, (Buenos Aires 1967), ganadora del premio Alfaguara 2016, nos lleva a la crisis argentina del 2001, cuando el gobierno de Fernando de la Rúa impuso las restricciones económicas conocidas como “el Corralito” y miles de argentinos vieron sus ahorros secuestrados. Esta es por tanto una novela de la crisis del neoliberalismo, una novela sobre el capitalismo salvaje, acerca de las maniobras financieras que permiten a un pequeño grupo aprovecharse de las mayorías y enriquecerse rápidamente. Es una novela sobre la ambición económica y sobre la obsesión humana por acumular riquezas.
La acción de la novela ocurre en un pueblo llamado O’Connor, cerca de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, justo donde empieza la pampa. Un pueblo pequeño de gente sencilla, que se conoce mutuamente y donde todo se sabe. En ese contexto pueblerino se plantea la historia de esta novela, donde un banquero y un negociante inescrupuloso le roban los ahorros a un grupo de hombres de clase media baja, que querían hacer un negocio que beneficiara al pueblo. El personaje principal es Fermín Perlassi, quien de joven fue jugador de fútbol, se fue a Buenos Aires a jugar en un equipo y luego regresó al pueblo. Con el dinero que había ganado en la capital compró una estación de servicio de gasolina y se ganaba la vida tranquilamente en su negocio con su esposa y su hijo.
La novela está escrita en un estilo conversacional, narrada en tercera persona por un narrador omnisciente que demuestra tener afecto por los personajes pobres de su novela. A menudo el narrador usa frases dubitativas que empiezan con “digamos”, “tal vez”, “acaso”. Es decir, narra con un tono un tanto incierto, como si no estuviera muy seguro de lo que está contando, o como si estuviera tratando de comprender las cosas a medida que las está narrando. Esto le da a la novela un aire de familiaridad, una especie de confidencia, como si estuviéramos sentados juntos en un café escuchando lo que nos está contando el autor. Sacheri es conocido por su novela La pregunta de sus ojos (2005), que luego Juan José Campanella llevó al cine bajo el título El secreto de sus ojos (2009) y ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 2010.
Fortunato Manzi es el hombre de negocios, vivo y exitoso, que aprovecha toda oportunidad para ganar más dinero. Entre los varios negocios que tiene, se cuenta una gasolinera situada en la entrada al pueblo por la nueva carretera y por lo tanto le quita mucho negocio a la gasolinera de Perlassi. Manzi, coludido con Alvarado, el gerente del banco, se quedará con los dólares que Perlassi y sus amigos habían depositado mientras compraban la Milagrosa, una fábrica abandonada, cuyos silos quieren usar para acopio de granos. Justo ese fin de semana el gobierno argentino declara el Corralito y el lunes se despiertan con la noticia que no pueden sacar su dinero del banco. Unos meses después se dan cuenta que Manzi ha construido una bóveda en medio del campo para guardar sus dólares y seis hombres honrados pasan por mil peripecias para recuperar su dinero.
La esposa de Fermín Perlassi es Silvia, una mujer tranquila y cariñosa quien muere en un accidente automovilístico, una mañana en que ambos iban a hacer una diligencia. La muerte de Silvia destruye a Perlassi, quien nunca se recupera de ese dolor. Aunque le queda su hijo Rodrigo, con quien trata de establecer una buena relación, Perlassi es casi un hombre muerto: ha perdido su dinero y el de sus amigos, y además a su mujer. De esta forma tenemos el complemento de la tragedia que da pie a la historia que cuenta la novela. La única forma en que Perlassi se puede reivindicar es recuperando el dinero.
Antonio Fontana es amigo íntimo de Perlassi y tiene en su casa una gomería, una tienda donde reparan ruedas y neumáticos. Es fanático de Raúl Alfonsín y va a ser uno de los compañeros clave en la historia que cuenta la novela. Francisco Lorgio es el tercer personaje principal de esta novela, dueño de una compañía de transporte, una persona acomodada económicamente y tiene un hijo que se llama Hernán, con quien no tiene muy buenas relaciones que digamos. Lorgio sufre de la tristeza del inmigrante, la tristeza que vio en sus padres que emigraron de Italia y que nunca lograron adaptarse totalmente a la Argentina, una nostalgia de raigambre profunda y apesadumbrada. El cuarto de este grupo de amigos es Alfredo Belaúnde, jefe de estación del ferrocarril, quien conduce un automóvil Citröen 2 caballos, tan viejo, que todos sus amigos le hacen bromas cuando lo llama automóvil. Entre los cuatro y otras personas más del pueblo logran recoger 242.000 dólares que van a invertir en la compra de la Milagrosa, con sus silos abandonados en las afueras del pueblo, para ponerlos a funcionar y acopiar granos en la época de cosecha. Cuatro amigos entonces que planean hacer un negocio en su vejez, que a la vez ayude a los agricultores de la zona, guardando sus cosechas para venderlas mejor.
En la novela no hay muchas referencias literarias. En la página 94, cuando están hablando del foso que hizo cavar Manzi para guardar todo su efectivo, Perlassi hace referencia al cuento de Bioy Casares “Cavar un foso”, incluido en el libro El lado de la sombra (1962). En la página 331, Rodrigo, hijo de Fermín Perlassi, hace una referencia a Los centuriones, novela de Jean Larteguy, pero La noche de la usina no es una novela erudita ni mucho menos. Como toda la obra de Sacheri, es una novela de problemas humanos, que se lee fácilmente y que llega a sus lectores. Tampoco es una novela con muchas referencias cinematográficas, pero cuando Perlassi está pensando cómo robar la bóveda, se dedica a ver películas de asaltos en busca de ideas. Las cintas que ve son filmes de Hollywood pirateados, confiscados por el gobierno, y que un amigo le presta. La novela por tanto está dirigida a un público amplio y masivo.
Perlassi y sus amigos no quieren robarle su dinero a Manzi, quieren recuperar lo que les robó a ellos. Por eso la idea es llevarse sus $242.000 y dejar el resto, pero llegado el momento, y como las cosas no salen muy bien, cargan con todo el dinero que estaba en la bóveda pensando devolverle su parte a Manzi. Al final de la novela, Hernán, el hijo de Belaúnde, desaparece con el dinero restante. Por tanto podemos decir que el tema principal de esta novela es la honradez, la honestidad, algo que claramente el gobierno argentino no demostró tener y algo que se estila muy poco en nuestro tiempo.
La novela es también una novela sobre el amor y la amistad. Rodrigo Perlassi, que ha estado haciendo como que cuida las plantas en la oficina de Manzi se enamora de la secretaria, Florencia, una mujer muy bella, pero en realidad nunca le confesó su amor. Pasan muchos meses y en el epílogo de la novela se la encuentra en una calle en La Plata, la ciudad donde estudia, y en ese momento Florencia le cuenta que está enamorada de él y se quedan juntos. Pero la verdadera historia de amor de la novela es la de Fermín Perlassi y su mujer Silvia, que termina trágicamente en el accidente de tránsito que ya mencioné. Perlassi nunca se recupera de esa tragedia y la novela nos muestra a un hombre que lo ha perdido todo, pero trata de reencontrarse en una especie de venganza, haciendo justicia para él y sus amigos.
La noche de la usina es una novela relativamente sencilla en su estructura, fácil de leer, interesante, de corte comercial como casi todas las novelas premiadas por Alfaguara, pero que refleja la tragedia de una sociedad corrupta, donde un pequeño grupo de hombres honestos tratan de defenderse de la rapiña del capitalismo salvaje.
Nicasio Urbina
University of Cincinnati