La luz cae vertical. Leonel Lienlaf. Editorial Lumen. 2018. 198 páginas.
Mi abuela siempre me decía que la poesía debería ser un pequeño objeto imaginario que uno va construyendo con las palabras. Es un mapa para entender la vida.
Leonel Lienlaf
La interpretación del mundo es el mundo, se interpreta después de percibirlo. Su percepción depende de los límites con los que se nos ha permitido desarrollar este sentido. ¿Qué son los polos de una misma cosa? La superficie del planeta parece plana, en un lado es de noche, cuando al otro es de día. Y es día tanto como es noche. A Nosotros los winka[i] no nos enseñaron a mirar el ciclo. No nos enseñaron el Azul cuando niños. A veces nos dieron lawen[ii] y no supimos que dejábamos entrar espíritus.
Nos enseñaron la costumbre de mirar el mundo en dos dimensiones. La apropiación y perpetuación del sometimiento y la dominación son producto de esta forma de mirar en la que nuestro pensamiento está determinado. ¿Qué hace la belleza en todo esto? ¿Tiene poder la belleza? No busco apropiarme de la verdad sobre lo bello, asimilando el concepto de belleza hacia lo que pertenezca a cierta categoría o parámetro estético. Porque la verdad no puede hacer justicia a la belleza. En este tiempo, la verdad dejó de ser el contenido de lo bello ¿Cómo se nombra el momento en que la percepción de una cosa, cualquiera sea, estremece de forma impredecible la emocionalidad? ¿Qué palabras deben existir en otro idioma para describir el sentimiento de observar el mar desde la cima de una colina?, ¿el de ver pasar un zorro que no se ha dado cuenta que lo observan?, ¿o el de ver bailando la cabeza del amigo ensangrentada cual trofeo de los predadores? ¿Es bella la obra capaz de transmitir estas comprensiones?
[…] Le sacaron la piel de la espalda/ y cortaron su cabeza./ ¡A nuestro valiente cacique!/ y la piel de su espalda/ la usaron de bandera/ y su cabeza me la amarraron a la cintura./ Vamos llorando y nuestra sangre/ riega la tierra/ de rato en rato bajo la mirada/ a la cabeza que llevo en la cintura/ y me parece que ya va a hablar/ pero continúa en silencio.
(Fragmento del poema “Le sacaron la piel”)
El poema no necesariamente trae una verdad o una comprensión comunicable con el instrumento del lenguaje. Tal vez trae un cohabitar, una simultaneidad de realidades experimentada que emociona. ¿Será que el poema da un uso al órgano del lenguaje que no es comunicar precisamente, sino inaugurar? Inaugurar un despertar que no se puede decir. Inaugurar el silencio del todo reunido, mas no hecho unicidad, sino multiplicado. El silencio de la comprensión indecible, del prescindir de La Verdad.
La emoción es un sentido. Un instrumento para percibir el mundo, que se menosprecia en la escala de valoraciones productivas, porque conduce a la creación, cuyos tiempos no se pueden controlar. El lenguaje es un medio de creación espontánea que se produce de forma no planificada. No se puede explicar satisfactoriamente con las herramientas del pensamiento racionalista, al igual que el fenómeno de la consciencia.
Mis manos no quisieron escribir/ las palabras/de un profesor viejo./ Mi mano se negó a escribir/ aquello que no me pertenecía/ Me dijo:/ “debe ser el silencio que nace”./ Mi mano/ me dijo que el mundo/ no se podía escribir.
(“Rebelión”)
Este es un fragmento de la voz poética que reclama sobre los límites del código para conocer el mundo. El mundo primero pertenece al individuo. Nombrarlo es la manifestación de una inocencia constitutiva de lo humano que nos persigue, pero que también nos asombra.
La capacidad de conmover que tiene la belleza tiene la potencia de mover la posición de nuestra costumbre emocional hacia lugares nuevos, hacia otras posibilidades. Nos otorga libertad y ejercer la libertad es crear. Nos hace manifiesta una incomodidad con los dualismos, los dogmas y las intransigencias a través de la experimentación de sucesos no tangibles e incluso no atribuibles a una conciencia de las cosas. La belleza es una forma de conocer el mundo, que logra conmover y nos pone en contacto con la desconocida sustancia de la consciencia. Nos hace cuestionar qué clase de criaturas somos.
Esta antología de Lumen viene a ser la muestra de cuatro momentos poéticos en la obra de Leonel Lienlaf en un transcurso de 30 años: Se ha despertado el ave de mi corazón, Pewma dungu palabras soñadas, Kogen y Epu Zuam. Donde predominan elementos de reconocimiento de sí mismo en cada parte del todo. Trabajos intencionados de articulación de lenguajes cohabitantes, creación de verso-palabras, preparativos para un canto, donde la palabra se vuelve cuerpo. En ocasiones un intento de traducción de su diálogo con la naturaleza, con la que el poeta no se diferencia, sino que vive una continuidad. En la poesía de Leonel Lienlaf, propia de una elocuencia tal como si se tratara de una especie de koan minimalista, acontecen simultáneamente posicionamiento político ante el dualismo y belleza conmovedora, creando un efecto de alerta contemplativa, de remoción emocional e inmersión en un mundo de armonía natural que no diría propio del “mundo” Mapuche, como si se tratara de un lugar perdido en la historia. Más que eso, propio de aquel que vibra en la frecuencia de la naturaleza como forma de vida. Lienlaf nació en We Xipantu[iii]. Aquel que no domina, aquel que es parte de. Desde esta armonía no necesariamente pacifista, la propuesta bilingüe es central como manifestación política, porque realiza la posibilidad de hablar con voces simultáneas, contradiciendo las reglas del juego occidental a través de la compenetración de dos polos que conforman el todo de la voz poética. Aquí hay sospecha de los dogmas de la realidad, desde el cuerpo, desde el lenguaje, desde el espíritu, desde todo lo que fue reemplazado por imposiciones racionalistas, cartesianas y patriarcales.
Isidora Vicencio
Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile
[i] Concepto del mapuzugun cuya traducción literal al castellano es “usurpador”, “ladrón”, “asaltante”, alguien que no es considerado una persona. Se usa generalmente para hacer referencia a los individuos chilenos no pertenecientes al pueblo Mapuche, aunque su significación posee una mayor amplitud interpretativa.
[ii] Concepto del mapuzugun traducido al castellano como “remedio”. Hace referencia a las plantas medicinales utilizadas para curar algún mal del cuerpo o del espíritu.
[iii] Concepto del mapuzugun generalmente traducido al castellano como “nueva salida del sol y la luna”. Alude a la ceremonia sagrada Mapuche que se realiza durante la noche más larga del año; el solsticio de invierno. Evento que marca el comienzo de un nuevo ciclo.
Isidora Vicencio. Puerto Cisnes (Chile), 1992. En el año 2016 publicó el plaquette de poesía Primeras Casas en la editorial Caletita (Monterrey, Nuevo León, México). También participó en la antología de poesía Contramarea (2012, Editorial Summa, Lima, Perú) y en Escritores en el Zaguán, tomo III (2016, Editorial La Tregua, Concepción, Chile). Algunos de sus poemas se encuentran disponibles en formato digital en revistas electrónicas de literatura como Círculo de poesía (México, 2014) y La ubre amarga (Bolivia, 2018). Su publicación más reciente es el poemario Casas enterradas en la editorial LAR, Concepción, Chile, 2018.