Traducción de Robin Myers. Estados Unidos: Katakanas Editores & Hablemos, escritoras. 2023. 294 páginas.
Rosa Beltrán alcanzó notoriedad en México como una de las escritoras más notables de las últimas décadas. No solo sobresale como novelista y cuentista, sino también como testigo aguda de las realidades de México a través de sus crónicas y ensayos. Miembro presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, Beltrán no ha permitido que sus esfuerzos intelectuales obstaculicen su impulso creativo. Por el contrario, sus seis novelas publicadas son testimonio de su ingenio e imaginación y de su conocimiento extraordinario de la naturaleza humana.
Su última novela es un eslabón en una cadena de logros, algo para nada sorprendente y no falto de gratificaciones. No hay que dejarse engañar por lo técnico del título: Free Radicals, magníficamente traducida al inglés por Robin Myers, está repleta de motocicletas, secuestros, minifaldas, violencia estatal, cartas zodiacales, porreros, diners norteamericanos en México y una parva de tías. La novela cuenta la historia de una muchacha de 14 años que intenta lidiar con la partida inesperada de su madre. Peinada con una cola de caballo y montando una Harley-Davidson, la madre de la narradora parte con su amante a Guatemala y deja el hogar en un estado de orfandad que se asemeja más a una comuna autónoma que a un castillo vacío de cuento de hadas. Free Radicals es una vuelta en una montaña rusa de emociones en la que la narradora no sólo intenta resolver el misterio detrás de esa fuga, sino que también actúa in loco parentis para ella misma y sus hermanos, una tarea que lleva a niveles inusuales. Se propone convertirse en su madre poniéndose la ropa, las joyas y el perfume que ella usaba. “Una idea excelente”, piensa la narradora, “porque mientras yo fuera ella estaría ahí, conmigo, y […] nadie podría culparla de habernos dejado, a mis hermanos y a mí”.
Esta narradora tan franca se sumerge profundamente y sin darse cuenta en la intensa confusión que significa crecer en la Ciudad de México en los años sesenta. Tiene objetivos claros en la vida: “Para ser exacta, tres: el primero, encontrar a mi madre. El segundo, encontrar un hombre que me viera como el amante de mi madre la veía (o que me hiciera ver lo que mi mamá veía en él, también se podría enunciar así). El tercero, cambiar el mundo. En ese orden”. Muy pronto, se da cuenta de que el objetivo es solo uno: perder la virginidad. ¿Cómo es que perder la virginidad la acercará más a encontrar a su madre, a encontrar amor y a cambiar el mundo? Ella contesta con inteligencia: vuelve y encontrarás que es la respuesta a las tres.
La magia y el humor de Free Radicals radican en que la novela puede leerse como un cuento de hadas al revés. Si lo que busca la protagonista es perder la virginidad, “lo que”, dice, “francamente es una de las cosas que más trabajo me ha dado perder en la vida”, esta narración socava el lugar común literario en el que, inexorablemente, las mujeres pierden la virginidad demasiado pronto, demasiado seguido y, trágicamente, contra su voluntad. A su vez, nos encontramos con una versión nueva de Barba Azul en el amante enigmático con el que la madre se fuga. Pintor desagradable, presunto erudito de arte y borracho, el hombre se enorgullece de pintar a la madre desnuda y, luego, de mostrarle su obra a la hija, que queda perpleja y asqueada. Beltrán es una observadora aguda de uno de los más peligrosos especímenes de la vida: el del macho liberal, cuya característica principal es la de dar explicaciones a mujeres jóvenes para llevárselas a la cama, con machismo condescendiente sobre, quizás, conceptos marxistas o sobre las nociones de autoayuda de Carlos Castaneda. Estos hombres, tan ansiosos por cambiar el mundo, han fracasado una y otra vez en reconocer la importancia de la liberación femenina. En medio del alzamiento en la Ciudad de México en 1968, por ejemplo, los primos de la narradora se involucran en activismo político y planifican asistir a lo que resultó ser la fatídica manifestación del 2 de octubre en protesta contra la violencia de Estado, ahora conmemorada como la Masacre de Tlatelolco. Los primos van y sobreviven. Las primas, no obstante, son enviadas a Morelia unos pocos días antes para impedir que participen en la manifestación. Con gran economía, Beltrán es la voz en off de la doble decepción que las mujeres sentían entonces: “Ellos están decepcionados del gobierno, pero nosotras estamos decepcionadas del gobierno y de ellos”.
Parte bildungsroman, parte autobiografía bibliográfica, parte Künstlerroman, esta novela indomable da testimonio de un contexto histórico que atraviesa los lazos de la gente común, hasta lo profundo de sus tejidos. “La historia es un espejo cóncavo en que nos miramos con la esperanza de encontrarnos”, escribe Beltrán. En esta superficie curva, la autora deja caer los personajes como miniaturas, y les da total libertad para deambular.
“TAL COMO LAS NUBES ATÓMICAS DE LOS ELECTRONES, ESTOS PERSONAJES NOS DEJAN VER CUÁN DIFÍCIL ES DILUCIDAR DÓNDE TERMINA UNA NACIÓN Y DÓNDE EMPIEZA LA OTRA”
En el ardor de la contracultura, como una molécula cuyos enlaces se cortan y queda altamente reactiva, la protagonista descubre que la libertad de su madre la hace encontrar la propia. La madre inicia una reacción en cadena también para su hija, cuyas propias luchas la hacen esgrimir esta libertad de nuevas formas que, por momentos, son difíciles de nombrar. Tres generaciones de mujeres tienen que atravesar una serie de cataclismos que se extienden durante 60 años de historia no solo de México, sino también de los Estados Unidos y del resto del mundo. Como diría Wittgenstein, Free Radicals es una novela sobre descubrimiento de los límites de nuestro propio mundo, que son siempre los límites de nuestro lenguaje. Es una novela sobre la adquisición de un lenguaje para nombrar ese mundo que está cambiando y evolucionando con rapidez. Si la ciencia profiere las palabras que explican nuestra experiencia objetiva, la literatura, entonces, provee los términos que necesitamos para entender nuestra experiencia subjetiva, nuestras emociones y nuestros traumas. ¿Qué pasa cuando nombramos en retrospectiva? La novela pregunta implícitamente: ¿fue violación, abuso o abandono lo que pasó en ese entonces? ¿Fue la intimidación que sufrí un acoso? ¿Estábamos viviendo en libertad o emancipación? La historia de Beltrán es sobre la lucha por ese lenguaje.
Por eso celebro el hecho de que Free Radicals esté finalmente disponible en los Estados Unidos. No sorprende que Robin Myers haya hecho un trabajo excelente traduciendo esta novela al inglés, como siempre con gran conocimiento y precisión; su publicación no puede ser más oportuna. He aquí una ventana hacia una realidad mexicana que suele quedar marginada por descripciones literarias más afrentosas. Aquí, los lazos magnéticos entre los Estados Unidos y México se exponen en toda su complejidad e imprecisión, como una historia compartida de atracción y repulsión, de amor y de pérdida. Tal como las nubes atómicas de los electrones, estos personajes nos dejan ver cuán difícil es dilucidar dónde termina una nación y dónde empieza la otra mientras una familia se dispersa y se mezcla con esa fuerte radiación sonora de fondo que es la historia.
Hilada de una manera íntima y escrita con cuidado y cierto humor, como venido de la providencia, que noté en un clima de extremado calor, Free Radicals llegará fácilmente a sus nuevos lectores en la parte norte del mundo como la más fresca, más necesaria, bocanada de oxígeno.