Edición bilingüe, traducción de John Burns. Monona, EEUU: Ediciones Norteadas. 2023. 249 páginas.
En enero de 1970 una publicación denominada “Hora Zero. Materiales para una nueva época” remeció –desde sus cimientos– el edificio de la poesía peruana tal como era concebida en aquel entonces. En efecto, el manifiesto inicial titulado “Palabras urgentes” cuestionaba radicalmente a toda la poesía peruana anterior al surgimiento de esta generación, la cual –a partir de ese instante– empezó a ser conocida como la generación del 70. Dicho manifiesto, firmado por Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruíz, calificaba de formas poéticas incipientes a toda la poesía peruana anterior a “Hora Zero” (sólo rescataban a César Vallejo y al poeta guerrillero Javier Heraud), proponiendo una nueva y revolucionaria forma: la poesía integral.
Históricamente Lima –a la sazón– había dejado de ser la pequeña villa colonial española para convertirse en un monstruo urbano poblado por millones de personas procedentes –básicamente– de la avalancha migratoria andina que tugurizó las antiguas casonas virreinales y republicanas del centro de la ciudad y desbordó los límites urbanos por los conos de la periferia. Esa es la nueva Lima que los poemas integrales de Hora Zero querían representar: una Realidad que –según su óptica crítica– no retrataba la poesía peruana anterior; de allí que hablaran de formas poéticas incipientes. Dicha Realidad es la que está recogida en los libros emblemáticos de los autores horazerianos del primer momento: En los extramuros del mundo (1971) de Enrique Verástegui, Un par de vueltas por la realidad (1971) de Juan Ramírez Ruíz y Kenacort y valium 10 (1970) de Jorge Pimentel.
Para lo que nos ocupa, tras el realismo testimonial –de extremo conversacionalismo– del que Pimentel hace gala en su primer libro, pasó a una elaboración poética más cincelada: eso fue Ave Soul, originalmente publicado en Madrid por la Colección El Rinoceronte en 1973. Ahora tenemos ante nosotros la versión definitiva del poemario, reorganizada por su propio autor y traducida al inglés –en excelente performance– por John Burns. Consta de seis secciones y un epílogo. La primera de ellas reproduce –casi en su totalidad– la primera edición española de Ave Soul, e incluye dos poemas que quedaron fuera en 1973. Se trata de “Rimbaud en Polvos Azules” aparecido en la revista Eros # 1 de 1973; y “Camino pedregoso”, publicado en la revista Posdata # 1 en 1974. Estos son dos poemas muy significativos. El primero ofrece la puesta en escena de una imaginaria visita del genio de Una temporada en el infierno a la ciudad de Lima (exactamente en la calle cuyo nombre figura en el título) donde lo vemos –como no podía ser de otro modo– “repartiendo volantes de apoyo a la huelga / de los maestros y en una penosa marcha de los obreros trabajadores / de calzado El Diamante y Moraveco S.A.”. Es interesante comprobar que la firma Moraveco S.A. fue una de las empresas líderes durante el proceso de reformas de la llamada Revolución de Velasco en el Perú, circa 1970, en su propósito de consolidar una burguesía nacional aunque aquí se muestran las contradicciones inherentes a dicho proceso.
“AVE SOUL, BRILLANDO EN EL CONCIERTO DE LA LÍRICA LATINOAMERICANA ACTUAL, ES UN ELEVADO CANTO EN DEFENSA DE LA POESÍA –Y DE LA CONDICIÓN HUMANA– FRENTE A UN MUNDO EN DESCOMPOSICIÓN”
El otro poema exhibe justamente las contradicciones y dificultades con las que se enfrenta el poeta: “Camino pedregoso que te alzas ante mi vida no sé qué / qué hacer sin ti eres parte de los deshielos y de los / abismos”; similar situación que podemos observar en “Balada para un caballo” (uno de los más bellos textos de la poesía latinoamericana) en que leemos: “Troto y todo el mundo trata / de cercarme, me lanzan piedras y me lanzan sogas / por el cuello, sogas por las patas, me tienden toda clase / de trampas”; pero el poeta termina imponiéndose como queda claro en “La balada de los relámpagos inacabables”: “comprenda que estos momentos que vivimos son benditos luchando / amándonos / construyendo nuestro ser indestructible”. Casi al final de esta primera sección brilla “El lamento del sargento de Aguas Verdes”, notable poema testimonial, en el cual el poeta cede la voz y la palabra al personaje real, quien relata su dramática vida de abandono, desdicha y opresión –como tantos millones de peruanos–, consiguiendo una conmovedora y entrañable impronta de profunda dimensión poética. Quisiera llamar la atención, en esta primera sección, sobre un par de poemas: “La balada de Alaín y María” y “Cerbatana”, ambos tributarios de lo podríamos denominar ideología hippie –muy en la onda de aquella época–, lo cual acerca, en cierto modo, Ave Soul a Contra Natura de Rodolfo Hinostroza.
La segunda parte, compuesta únicamente por el poema “El perro de la ciudad escarlata”, se aproxima a “Balada para un caballo” en cuanto a la identificación con el reino animal, para proseguir con una sección tercera (“Sistro”) sostenida por seis fragmentos reunidos bajo el nombre de “Náufrago”, cuya columna vertebral constituye una defensa cerrada de la creación y del ser poeta; lo cual sería una respuesta contundente a los intentos del Sistema por cercar y/o atrapar al creador (incluso mediante trampas) como vimos en los textos citados líneas arriba. En esta perspectiva estarían, igualmente, la cuarta y quinta parte, agregándole el elemento del amor –como factor desalienante– frente a una urbana desesperación que extralimita sus contornos: “Y vi mi sombra / impregnada de vida aletargada y lánguida / en las paredes de esta ciudad como / un recuerdo imperecedero y brutal”, rezan los versos finales de “Escenas de un cuadro de N. Poussin L’inspiration du poéte”.
Finaliza el libro con las “14 entregas breves de amor y desarraigo para un musiquero con guitarra / Balada”, sexta parte configurada por fragmentos en torno al hecho de abandonar una ciudad que podría ser Lima o Madrid, en una encrucijada existencial que se resuelve por la vía del sentimiento; lo cual queda más claro en el “Epílogo” con el poema “Dulzaína”: “Y caminaremos amor / cuidando tu sueño tu tibieza / en la blancura de un níspero”. Dicho sea de paso, las 14 entregas han sido musicalizadas por una banda de rock de jóvenes de la Lima actual. En resumidas cuentas, Ave Soul, brillando en el concierto de la lírica latinoamericana actual, es un elevado canto en defensa de la poesía –y de la condición humana– frente a un mundo en descomposición como es el del capitalismo salvaje de nuestro tiempo.