Barcelona. Alfaguara, Real Academia Española-Asociación de Academias de la Lengua Española, 2023. 422 páginas.
José María Arguedas (1911-1969) es una figura protagónica de la cultura peruana, un escritor cuya palabra y pensamiento mantienen su vigencia en el Perú de nuestros días. De allí el gran acierto de publicar esta edición conmemorativa de su novela Los ríos profundos, coordinada por la Academia Peruana de la Lengua y la Asociación de Academias de la Lengua Española, y presentada en el IX Congreso Internacional de la Lengua Española realizado en Cádiz en marzo de 2023.
Gracias a la labor que Arguedas desempeñó en campos tan diversos como la literatura, las ciencias sociales y el estudio de la lengua quechua, su obra toda puede leerse como una vasta reflexión sobre el Perú como nación. Por sobre todas las cosas, Arguedas aspiraba a que su país fuese una nación integrada, orgullosa de su pasado andino y de su diversidad cultural. Sin embargo, la obra del escritor andahuaylino es el retrato de un país dividido en dos culturas: la andina, de origen quechua, y la occidental, traída por la conquista española. Estos dos mundos se desconocen y están enfrentados en el imaginario nacional y, precisamente por ello, necesitan convivir y dialogar a fin de aspirar a un proceso de mestizaje más armónico e inclusivo.
Una primera puerta de entrada a la obra de Arguedas es su cuento “Warma kuyay”, perteneciente a su primer libro de relatos, Agua, de 1935. Allí conoceremos por vez primera a Ernesto, el mejor alter ego del autor. Ernesto será también el protagonista de Los ríos profundos (1958), cuya trama se puede resumir a partir de dos momentos: por una parte, la infancia del protagonista y sus reflexiones más íntimas en torno a la figura de un padre ausente y, por otra, su dolorosa experiencia como interno en un colegio religioso. A estos dos asuntos se suma la relación lírica y mágica que Ernesto mantiene con el mundo andino y toda su riqueza mitológica. La brecha existente entre lo hispano y lo indígena viven en una tensión permanente en el relato y se encarnan en la figura de protagonista, un niño mestizo proveniente de una clase media provinciana educada. A pesar de saberse un ser privilegiado debido a su extracción social, Ernesto hará lo indecible para no traicionar sus fuertes lazos con el mundo indígena, por el que siente un vínculo afectivo muy estrecho. Así, la novela puede ser leída como la pugna del protagonista por recuperar la unidad cósmica que prometen los dioses precolombinos, derrotados por la conquista, a fin de enfrentar el doloroso presente de la realidad peruana; una realidad marcada por el feudalismo y la explotación del mundo indígena. En ese contexto, resulta muy revelador el inicio de la novela, cuando Ernesto ve por primera vez los muros incaicos de la ciudad del Cuzco sobre los cuales se asientan las construcciones hispánicas. Dice:
Toqué las piedras con mis manos; seguí la línea ondulante, previsible como la de los ríos, en que se juntan los bloques de roca. En la oscura calle, en el silencio, el muro parecía vivo; sobre la palma de mis manos llameaba la juntura de las piedras que había tocado… Me acordé, entonces, de las canciones quechuas que repiten una frase patética constante; Yawar mayu, ‘río de sangre’, Yawar unu, ‘agua sangrienta’.
Por eso, en el transcurso del relato, Ernesto descubrirá que ese mundo mágico y encantado proveniente del imaginario andino en el que antes fue feliz también está “cargado de monstruos y de fuego”, debido a la pesada herencia que supuso la mutación del mundo prehispánico tras la conquista española en el siglo XVI.
“JOSÉ MARÍA ARGUEDAS TRAJO AL MUNDO INTELECTUAL PERUANO UNA MIRADA ÍNTIMA Y GENUINA DEL MUNDO ANDINO. BASTA LEER LA EXTRAORDINARIA PROSA DE LOS RÍOS PROFUNDOS PARA COMPROBARLO”
Los ríos profundos es una de las grandes novelas de aprendizaje de las letras peruanas. En ella se narra, de manera tan tierna como dolorosa, un momento decisivo en la vida de Ernesto: su toma de conciencia como individuo. Ernesto es un sujeto que no solo siente nostalgia por el mundo indígena que conoció en su niñez, sino que también lleva consigo la magia y el misterio de una naturaleza viva que ahora alimenta su espíritu y guía su aprendizaje vital. En tal sentido, dos asuntos marcan (y desgarran) su descubrimiento del mundo adulto en la novela: de un lado, las contradicciones que lo rodean, donde los blancos desdeñan el mundo indígena y ejercen sobre él una violencia desmedida, y de otro, la toma de conciencia de cuán urgente es un diálogo que permita la convivencia de ambas culturas de cara al futuro.
La presente edición de Los ríos profundos viene acompañada de un estupendo conjunto de ensayos de mano del director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado (“El ideal de la diversidad”), Mario Vargas Llosa (“José María Arguedas”) y Sergio Ramírez (“El cauce mágico de Los ríos profundos”). A estos se suman los estudios de Marco Martos Carrera (“Modernidad y tradición en Los ríos profundos”), Ricardo González Vigil (“Transculturación de la novela de aprendizaje”), Alonso Cueto (“Los ríos profundos. Una geografía de la intimidad”), Françoise Perus (“¡No, José María Arguedas no vivió en vano…!”) y Rodolfo Cerrón-Palomino (“El corpus léxico nativo de Los ríos profundos de Arguedas”). Cierran el volumen una bibliografía en torno a la obra de Arguedas y un amplio glosario de voces utilizadas en la novela.
No está de más recordar que esta edición de Los ríos profundos, de consulta indispensable, viene a sumarse a la colección de ediciones conmemorativas inaugurada con la del Quijote en su cuarto centenario en el año 2005 y continuada con Cien años de soledad (2007), La región más transparente (2008), Pablo Neruda. Antología general (2010), Gabriela Mistral en verso y prosa (2010), La ciudad y los perros (2012), Rubén Darío. Del símbolo a la realidad (2016), La colmena (2016), Borges esencial (2017), Yo el Supremo (2017), Rayuela (2019), El Señor Presidente (2020) y Martí en su universo. Una antología (2021).
José María Arguedas trajo al mundo intelectual peruano una mirada íntima y genuina del mundo andino. Basta leer la extraordinaria prosa de Los ríos profundos –siempre imaginativa, siempre inquietante– para comprobarlo. Si el Perú es hoy en día un país escindido como consecuencia de su pasado histórico, también es cierto que la palabra de Arguedas nos interpela para cumplir con una tarea pendiente: la de forjar un mestizaje renovador y armonioso, capaz de construir una nueva identidad más inclusiva y abierta para el Perú como nación.
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