México: Fondo Editorial Estado de México. 2023. 120 páginas.
Cuando dos palabras se unen en una sola para crear el nombre de un libro repleto de palpitaciones, las CorazoNadas (FOEM, 2023), de Ana Clavel, despliegan una manera de narrar que encadena los sentidos, desde los dos extremos en los cuerpos hasta el movimiento único de una palabra híbrida, pasando por la idealización de ciertas miniaturas gigantes del ánimo lúdico en el corazón humano. Ana Clavel, reconocida escritora mexicana, ya había combinado esta fragilidad sensorial con la fortaleza de enfrentar ciertos actos instintivos en obras como El amor es hambre (Alfaguara, 2015), Breve tratado del corazón (Alfaguara, 2019) y Por desobedecer a sus padres (Alfaguara, 2022). Esta nueva edición de sus CorazoNadas nos une, inmediatamente, a ensayos como Territorio Lolita (Alfaguara, 2017), donde los deseos silenciados recrean el juego de palabras para detallar lo prohibido. De nuevo, la literatura erótica y ficcional crea un mundo que palpita con intensidad absoluta, como si tuviera la taquicardia necesaria para poder seguir adelante hasta llegar al éxtasis, en una vida repleta de múltiples cuerpos y formas.
Partiendo de la imagen, no sólo las fotografías que ha incluido Ana Clavel en algunas de sus obras nos muestran la movilidad de una Caperucita Roja o de Alicia en el país de las maravillas. Otras formas de crear los cuerpos existen también en sus palabras. En CorazoNadas, un poema breve como “Nueva noche bocarriba” es una pirámide; otro, llamado “La irresistible tentación de la inocencia”, es un rombo de la simetría que detalla un corazón en la boca; un tercer ejemplo, el “Destino”, es una rosa donde las espinas que le caen permanecen en el tallo de sus letras. Aquí podemos ver la flor brota en las palabras:
Al que nace
con corazón
de martirio
del cielo
le caen
las
es
pi
na
s
.
Como en las obras de Guillaume Apollinaire, los caligramas de Ana Clavel retoman las figuras que recrean el significado gramatical, como también lo hacen ciertos números romanos. En “Cuento de hadas” el I y el II anuncian lo capítulos de apenas dos líneas en una historia que se inicia siempre con el “Y cuando despertó…” de Augusto Monterroso, aunque, esta vez, se trata del momento en el que el corazón despierta en la mano, o fuera del pecho, y se une a las historias de terror o a los asesinos seriales. En “Más variaciones de Pascal”, el I y el II son tan sólo una línea que aborda el equilibrio del fundamento científico con la trascendencia ante ciertas palabras:
I
La razón tiene sinrazones que el corazón no entiende.
II
El corazón tiene sinrazones que la razón padece.
Ya cuando la escritora se aproxima al dolor, el padecer va más allá de lo espiritual y el corazón, como cuerpo, también puede detenerse. Así se lee en los números romanos que representan el lado femenino en “Shakespearianas”:
I
Cuestión de vida o muerte permanecer con el corazón en su sitio: el Mercader de Venecia.
II
Cuestión de amor y muerte mantener el corazón con uno: Romeo y Julieta.
Este viaje a la Italia enamorada, a Venecia, a los amantes que brotan en pequeñas líneas y desaparecen también entre ellas, nos permite cuestionar lo que somos. En “Il nostro”, “Casanova tenía un gran corazón…entre las piernas”, pues lo sexual también combina la representación de lo orgánico en el ámbito de los deseos que, en la historia de la humanidad, han sido representados como corazones, en vez de recrear o dibujar las ocultas partes de los cuerpos donde se estimulan los anhelos y pasiones placenteras. La capacidad seductora de un famoso amante italiano, más allá de un corazón que baja los tres puntos suspensivos, es también un símbolo de las sombras, de lo nocturno, de ese “Corazón Insomne” en el que se viaja a través de los sueños: “Soñé con un lugar maravilloso donde la gente dormía toda su vida y sólo se despertaba para ir a su propio entierro”.
“Cerramos las páginas del libro y retomamos todos los deseos que las minificciones han logrado colocar como respuesta a aquella pregunta silente que siempre hacemos a nuestros corazones, pero que, esta vez, otras múltiples formas e historias también se atreven a responder”
La vida, como un placer o un sueño compartido, como un acto deleitable en la oscuridad, tiene una vía repleta de estaciones para su representación en este libro. En el índice, como si fuésemos los lectores que navegamos por los rieles del amor y del placer, nos detenemos en la primera de ellas: “Liminar”, seguida por las “CorazoNadas”, hasta llegar al “CorazoTodos”. Sin desvío alguno, la parada final nos lleva a la duplicidad de los corazones entre las sombras: dibujados, somnolientos, regresando a su limbo. Dos hermanas gemelas, dos criaturas que un dibujante ilustra, desde el significado doble de esta última palabra. La ilustración en los dibujos de los cuerpos desnudos, la Ilustración en el pensamiento de las mentes más abiertas.
Para finalizar, Ana Clavel juega con “la perfección súbita de un mundo exultante, pero a la vez tan silencioso cuya belleza a menudo nos pasa inadvertida”. Una vez más, nos detenemos en la última estación, cerramos las páginas del libro y retomamos todos los deseos que las minificciones han logrado colocar como respuesta a aquella pregunta silente que siempre hacemos a nuestros corazones, pero que, esta vez, otras múltiples formas e historias también se atreven a responder.