The Tower of the Antilles [La torre de las Antillas]. Achy Obejas. Brooklyn: Akashic Books. 2017. 158 páginas.
El nuevo libro de Achy Obejas, The Tower of the Antilles [La torre de las Antillas], cumple considerablemente con las expectativas que generaron los anteriores trabajos de la autora. Se trata de historias de fronteras —físicas y emocionales, geográficas y lingüísticas— y de los símbolos de las mismas: pasaportes, visados, dolor disfrazado de absurdo.
Sus protagonistas son de una isla donde el mayor logro, tal como apunta Obejas en una de sus historias, es abandonarla. Uno de ellos intenta quitarse la vida, acto de abandono por excelencia. Otro colecciona barcos a la deriva y los expone por su vecindario. Para otro, los caprichos de una relación representan toda clase de frontera.
En “Kimberle”, la autora mezcla hábilmente ménage a trois con primeras ediciones sin desempaquetar que desaparecen misteriosamente. El protagonista, que trabaja en un ahumadero, le toma el pelo a una joven que intenta suicidarse. Un asesino en serie anda suelto. El relato, como todo en esta colección, se desarrolla en perfecta sincronía.
En otra historia hay amantes, ex-amantes y muchos sonidos: un radiador, una muchedumbre que grita, una tetera, el zumbido de una televisión, una cremallera, una mosca, el tráfico, puertas que se abren y se cierran, cosas que crujen, gente respirando. Los sonidos hacen que recordemos palabras, algunas se aprenden (mal) en clases de inglés tediosas. “Whenever you hear a bell ring, anger turns on a swing” se identifica años después como “Whenever you hear a bell ring, an angel earns its wings”.
Una de las historias se titula “Exile” [Exilio], aunque todas tratan sobre ello de una manera u otra y, pese a ser eminentemente cubanas, nos conmueven porque la itinerancia es una característica permanente de finales del siglo XX y principios del XXI, es el mundo en el que vivimos.
Obejas usa la lengua con maestría e intimidad, de manera muy sentida y así proyectada. Una de las historias fue traducida por la autora de su original en español, el resto fueron escritas directamente en inglés. Todas ellas desprenden genialidad por decir justo lo suficiente y nunca demasiado.
The Tower of the Antilles forma parte de la rica producción literaria cubana sobre la segunda mitad del siglo pasado, una literatura intermedia entre los que se fueron y los que se quedaron. Esta obra destaca entre el resto de la producción, reclamando un lugar que generalmente es denegado políticamente, y dependiendo, a causa de su poder, de generadas e inesperadas tensiones.
Margaret Randall
Albuquerque, New Mexico
Traducción de Ana Marques