En este texto, la autora Natalia Litvinova y la traductora Kelsi Vanada seleccionan algunos versos de la nueva traducción al inglés del poemario Cesto de trenzas, publicada por Shearsman Books. La poeta y la traductora comentan los versos elegidos, revelando el contexto detrás de los poemas y las consideraciones que tuvieron en cuenta al traducirlos.
Kelsi Vanada:
La abuela siempre delante:
cabeza humana
y cuerpo de pájaro,
abre sus alas,
insemina las verduras
En el cuarto poema de Cesto de trenzas, después de una serie sobre cómo las mujeres trabajadoras de la generación de los abuelos de Litvinova en Bielorrusia mantuvieron a sus familias tras la Segunda Guerra Mundial, que mató o devastó a los hombres de la comunidad, viene esta imagen sorprendente en la tradición del realismo mágico, y es una de mis favoritas de la colección. El comentario que me envió Natalia durante mi proceso de traducción habla del poder de las mujeres mayores, las abuelitas: su sabiduría y su forma de enfrentar las dificultades de la vida. Es el verbo “insemina” el que me impacta y atrae: esta mujer no es frágil ni avejentada, sino que es fuerte y sexual, y tiene el poder de dar vida.
Natalia Litvinova:
Las mujeres de mi familia
guardan el cabello
que se cortan
en un cesto de trenzas
Así comienza un poema que quiero también tomar como la punta de un ovillo, para hablar de una tradición que las mujeres de mi familia continúan, aunque ya no sabemos de dónde viene. Y así es la poesía muchas veces, y así es la caída de un poema en mi boca: como si los versos llegaran de muy lejos, de un país sin nombre y sin tiempo, como si algunos de los versos de Cesto de trenzas vinieran sobre las alas de las libélulas más antiguas y se posaran sobre mis párpados.
Me cortaron las trenzas por primera vez a los 9 años, antes de nuestro traslado de Bielorrusia a Argentina. Hasta entonces, llevaba el pelo por las rodillas. Eran trenzas finas que se columpiaban al viento o rozaban la tierra cuando me colgaba de alguna rama y dejaba mi cabeza hacia abajo, para ver el mundo al revés. Mis trenzas eran pinceles que dibujaban la historia de mi infancia sobre la tierra.
Ahora, esas trenzas, guardadas en una bolsa transparente, están junto a las trenzas gruesas y rojizas de mi madre. Y creo que su pelo y el mío dialogan cuando todos duermen, en el tiempo lánguido de la noche y del misterio.
K.V.:
El pueblo
impone la boda
de mi madre
Para que los lectores no imaginemos el pueblo rural de los abuelos de Litvinova de una manera demasiado idílica, el poema que, comienza con estos versos, nos recuerda que, si bien las comunidades pequeñas pueden apoyarse entre sí y trabajar juntas para el beneficio de todos, también pueden ser intrusivas o tratar de imponer un estilo de vida uniforme. Como me lo explicó Natalia con el viejo refrán: “pueblo chico, infierno grande.” La madre del yo poético es un personaje importante en el poemario, aparentemente la única progenitora de la narradora. Se caracteriza como dura, independiente, fogosa como su pelo rojo, pero también como una mujer que no está exenta de secretos.
N.L.:
El pueblo
impone la boda
de mi madre.
Trenzan flores
en su pelo,
malva y llantén,
la visten de tul
y de encaje
De esta forma comienzo un poema en el que imagino, salvajemente, a una mujer del pueblo, la madre del yo poético, preparándose para su casamiento. Sin embargo, hay algo inerte en la figura de esta mujer que mira por la ventana como si viera, del otro lado, un fantasma o quizá su propio futuro. Mientras, la gente de su comunidad la adorna con flores, y los perfumes de la naturaleza empiezan a invadir su pelo y su piel, ocultando su olor a mujer agreste. Ella, impávida y ausente, se entrega a un ritual que la arranca de sí misma. Este poema nos lleva a imaginar lo fragante y lo oscuro de ciertos rituales pueblerinos de Europa del Este, que marcaron la vida de tantas mujeres. Es un poema agridulce, quizás una pequeña leyenda o un cuento rural, que en algún momento se perderá entre los pastizales.
K.V.:
Puedo quedarme acá,
mirando esos ojos negros
que nunca lloran
Al igual que su madre, la narradora de los poemas vive cerca de la naturaleza y parece tener un vínculo especial con los animales, incluso una comprensión de ellos. En los poemas en español, no se especifica el género de los animales, y el pronombre posesivo “su” no tiene género en español, pero cuando necesitaba seleccionar pronombres en inglés, traté de hacer elecciones que fueran en contra de los estereotipos de género tradicionales; así, un búfalo fuerte e impresionante es hembra, al igual que una serpiente (en lugar de identificarse con la imagen bíblica de la serpiente como el astuto, y tradicionalmente masculino, Diablo). En el poema citado anteriormente, hice que la criatura gigante con astas fuera macho, y es el animal más amable y cariñoso del poemario.
N.L.:
Como tumores
o mariposas nocturnas,
en mí viven
los que ya no están
Así dice la primera estrofa del último poema del libro. Es un poema que se separa de la manada, incluso su tono es distinto al resto. Quizás es porque los últimos poemas de mis libros son un adelanto de lo que vendrá, un anhelo, un suave aliento de la novedad. Cesto de trenzas es un homenaje a esas personas que alimentaron mi imaginario, convirtiéndome en poema. Escribo para seguir conversando con los que ya no están, para que la literatura sea un canto de mariposas que llevan en sus alas los nombres de nuestros muertos.
K.V.:
Soy el último hospedaje
de la maldición
que atravesó
a las mujeres
de mi familia.
La perla entre este nácar roto
Muchos de los poemas de este poemario hacen destacar las creencias sobrenaturales de la comunidad, como el mal de ojo y la protección de los talismanes. Este breve poema habla tanto de la conexión entre la narradora y su familia, como de cómo su vida constituye una ruptura con ellos, una separación. Este poema se ha quedado conmigo, tal vez porque crea una imagen que me ofrece una forma de pensar sobre lo que podría significar para Litvinova escribir en español sobre la cultura de sus antepasados a medio mundo de distancia de donde ella vive en Argentina, y lo que significa para mí traducir estos poemas a incluso otro idioma. Tanto vínculo como ruptura, identificación cercana y separación, la belleza de la memoria y el dolor de la nostalgia.