A los 46 años cumplidos, Mark Eisner se sorprende de haber pasado un tercio de su vida investigando y escribiendo sobre el poeta chileno Pablo Neruda. Fue uno de los principales traductores del volumen antológico The Essential Neruda: Selected Poems, que City Lights pubicó en 2004, y luego introdujo la publicación de la primera versión al inglés de Tentativa del hombre infinito, por la misma editorial. Para entonces Eisner ya trabajaba en la idea de un documental sobre Neruda, proyecto que pospuso para sumergirse en una obra mayor: la biografía de Pablo Neruda que, tras trece años de trabajo, salió a la luz este primer semestre de 2018 bajo el sello de Harpers Collins. Las reacciones fueron inmediatas: Neruda. The Poet’s Calling, fue saludado como “Una biografia definitiva y una obra clasica instantanea”, según el Library Journal, a pesar de que el propio Eisner mantiene que el libro no se acomoda del todo al género de la biografía, si se entiende por ello un recuento más o menos pormenorizado de los incidentes que jalonan la existencia de un personaje célebre. En Neruda: The Poet’s Calling, lo anterior se cumple sobradamente, pero también se accede a un análisis y valoración de su poesía, una interpretación sobre los rumbos y posiciones adoptadas ante determinados hechos, y su impacto en la política y el arte de su época. Es decir, Eisner busca y consigue una narrativa crítica que es retrato no sólo del hombre sino también de las ideas que cruzan y marcan su derrotero.
Invitado en septiembre a Chile por la Universidad Autónoma, Eisner presentó su libro rodeado por la curiosidad de nuevos lectores y el ruido de los media en relación a los episodios conflictivos de Neruda, y que The Poet’s Calling ilumina sin eufemismos. Su intención era, sin embargo, bastante más compleja. “Lo que es interesante de la recepción es que los medios de comunicación solo escribieron sobre el mal comportamiento de Neruda como hombre. En las entrevistas no quieren hablar del primer capítulo sobre Temuco o de la Guerra Civil Española; se enfocan solo en el Neruda mujeriego. Desde luego, cuando escribí el libro el movimiento de #metoo no estaba en el mapa todavía, tampoco ni se había elegido a Trump. Pero la gente se enfoca en la hija de Neruda y en los episodios de violación, así que mi énfasis era, ¿cómo se puede separar al hombre de su arte?, ¿cómo se puede hacer esto con Neruda? y esto se volvió un tipo de discurso público. Pero yo quería ir a la poesía y destacarla también, para que la gente entendiera de nuevo de lo que trataba su poesía sin ser académico”.
Roberto Brodsky: Ya el primer capítulo, dedicado a Temuco y la historia familiar, es llamativo en ese sentido. Hay muchísima fuente que no se conocía y una famila extendida, de muchas madres y un solo padre que reúne hijos de distintas mujeres bajo un solo techo.
Mark Eisner: Para mí es como una telenovela de la frontera chilena, y hay mucha gente que me ha hablado de ese capítulo con sorpresa de saber los orígenes familiares de Neruda. Está la familia extendida, el territorio mapuche, la fundación de Temuco, este hombre que trabaja en Parral y se traslada a Talcahuano y va y vuelve desde Temuco visitando a distintas mujeres que son sus confidentes y amantes, y de donde saldrá Nelfatlí Reyes y sus dos medio hermanos. Mucha de esa información viene de entrevistas que hice en 2003, con mucha fortuna porque tuve la oportunidad de consultar fuentes vivas, como Sergio y Mario Toral, y otra mucha gente. Uno de ellos fue Bernardo Reyes, bisnieto político de Neruda, es decir descendiente de Rodolfo, el medio hermano de Neruda, que vive en Temuco. Él ha escrito sobre su familia y pude consultar sus libros y escribirme con él para consultar detalles. Eso fue de mucha ayuda.
Eisner se muestra agradecido de las muchas fuentes que colaboraron en la información tanto histórica como biográfica de la que da cuenta en detalle The Poet’s Calling, y en donde los libros de Hernán Loyola, Jaime Concha, René De Costa y David Schidlowsky, entre otros muchos, fueron pilares importante de su propio trabajo. Otro suministro relevante fue el de Patricio Mason, cuyo tatarabuelo fue Charles Sumner Mason, uno de los fundadores de Temuco y empleador consuetudionario de José del Carmen, el padre de Neruda. Todo lo cual está respaldado en documentos de la época que el pariente directo de Mason guardaba y desempolvó con motivo de la investigación de Eisner. Esto le otorgó al trabajo biográfico una dimensión distinta, en el sentido no sólo de precisar datos y hechos del pasado, sino de entregar un aliento propiamente narrativo a la reconstrucción de la biografía. “Hay tal cantidad de fuentes, diversas y casi universales entre la gente que lo conoció y lidió con él, que Neruda mismo es una travesía por el siglo veinte”, dice Eisner.
Prueba de ello son los veintiún capítulos y el Epílogo que estructuran el libro, desde la historia familiar en el sur a la muerte en circunstancias trágicas en 1973. Pero la justificación de un nuevo libro sobre Neruda y su época reside en el título mismo que Eisner escogió: en efecto, The poet’s calling es la suma del esfuerzo por representar, de un modo cercano y al mismo tiempo alejado de toda intención hagiográfica, tanto la historia personal como el canon del trabajo pético nerudiano, incorporando su activismo social y político tanto en la página escrita como fuera de ella. Escribe Eisner en la introducción al libro: “Era un hombre que llegó a ser célebre en su rol de ‘el poeta del pueblo’, al mismo tiempo que se comportaba como lo que algunos llaman la ‘izquierda caviar’. Las contradicciones son inherentes dentro de sus multitudes, para parafrasear a su héroe Walt Whitman”.
La relación intrínseca de literatura y política, de historia personal y opciones poéticas, de arte y resistencia, son nociones que Eisner teje de manera cuidada y un uso preciso de las fuentes a lo largo del texto. El resultado es una narración contundente, de redescubrimiento y valoración, de espanto e inteligencia que invitan a una nueva lectura de las furias y penas del Nobel chileno.
RB: ¿Hasta qué punto las memorias del Neruda de Confieso que he vivido sirvieron de carta de navegación para estructurar la biografía en los muchos tiempos que contiene el libro?
ME: Al principio, las memorias hicieron de referencia para contar la historia. Eso sin duda. Pero fueron más importantes para llamar la atención sobre lo que era verdad, lo que podía no serlo, y lo que definitivamente estaba distorsionado o perdido en el relato de Neruda.
RB: ¿Encontraste muchos olvidos o inexactitudes en el libro de memorias?
ME: Algunos, sobre todo cuando se refiere a algún episodio distante como por ejemplo cuando habla del opio. En su juventud, cuando estaba en Birmania y Ceilán estaba usando el opio, era adicto a eso. Pero cuando escribió sus memorias, condenó el opio en términos marxistas como una cosa imperialista para las masas. Él dijo que solo fumó una o dos veces, pero en sus cartas y otros papeles se puede encontrar una versión muy diferente a esa, de hecho, muy interesante, en el sentido de que lo que se guardaba para sí mismo era mucho, como si supiese de antemano que alguien iba a mirar todas estas cosas. Así que en las memorias trató de cambiar algunas de sus perspectivas para que quedaran bien con sus nuevas estrategias.
RB: Bueno, esa hipótesis está en el título del libro, The poet’s calling, en el sentido de que Neruda trabajaba para ser el poeta del pueblo, era su llamado, y sabía por lo tanto que debía inscribir su biografía y sus memorias en una línea de coherencia con ese propósito. Van a publicar hasta mis calcetines, decía él, y eso da una clara señal de que estaba consciente de que su personaje sería revisado y dado vueltas una y otra vez.
ME: Sí, pero hay cosas de las cuales nunca habla, como sobre su hija, por ejemplo. O cuando habla de sus primer esposa, Maruca (madre de la hija de Neruda, Malva Marina), de la cual no puede decir nada en sus memorias y busca hacer una descripción de ella a través de una nota de su secretaria, Margarita Aguirre. Eso es muy raro.
RB: Parece la historia de un marinero en tierra, ¿no? Al menos en su relación con las mujeres y los relatos de abandono. Al igual que su padre, José del Carmen, que se la pasaba yendo de Parral a Talcahuano y de ahí a Temuco, tal como se cuenta en el primer capítulo del libro.
ME: Pero al final, José tenía a sus tres hijos todos juntos, lo cual no es el caso con Neruda, aunque él solo tenía una hija. Pero regresando al asunto de la violación y toda la cuestión de las fuentes, si comienzas con Confieso que he vivido vas a encontrar el poema “Tango del viudo” basado en la historia de Josie Bliss; sin embargo, ella parece ser pura invención, una fantasía de Neruda, combinando tres o cuatro mujeres en un solo nombre. Él habla de esta mujer, Josie Bliss, aunque ella no existió. La realidad es que algunas de las declaraciones que hace en Confieso que he vivido sencillamente no son verdad. Y hay otros hechos que Neruda no los presenta como lo que son, como el caso de la mujer que asea su casa en Rangoon, por ejemplo. Él adorna una situación de la cual debería sentir vergüenza, porque eso fue una violación. Basta leer el episodio para entenderlo, pero Neruda lo presenta de otra manera.
RB: En la Introducción dices que la intención del libro no es hacer escándalo, y que te interesa ofrecer una aproximación actualizada a su poesía, a su activismo político y también a su historia personal. ¿La presentación de los episodios de violencia sexual y los tabúes se situarían en ese propósito?
ME: Yo nada más quiero escribir la verdad; mostrar lo que hay. No quiero hacer nada más. Nada es secreto y yo quiero señalar ciertas cosas. Olvida lo de los tabúes. Cualquier cosa que descubras, sea lo que sea, lo más importante es ponerla en un contexto, analizarla y decirle al lector lo que estaba pasando en ese período específico y en esa situación. ¿Por qué Stalin, por ejemplo? ¿Por qué escoger Stalin? Hay mucha controversia sobre eso, pero hay una razón por la cual puedes entender por qué Neruda es estalinista, comparado con George Orwell que estaba en España al mismo tiempo. Hay una historia para eso; el Partido Comunista chileno, la Guerra Civil española, etcétera. El contexto se forma por esas tres fuentes de las que he hablado: la poesía, la vida y la política, y cada una informa las otras para hacer un libro abierto.
RB: ¿Cómo esperas que el lector reciba estas revelaciones?
ME: Sigo recibiendo reacciones de lectores, gente que me escribe diciendo que con este libro se han enamorado de Neruda o que han quitado los libros de Neruda de sus estantes. Durante mucho tiempo, mientras estaba escribiendo este libro, no tenía este conocimiento que tengo ahora, de entender a Neruda mejor, entender Chile mejor, entender la Guerra Civil española mejor. Esta es la razón por la cual escribí el libro: para tener esta reacción y para crearla, para estimular sentimientos, consideración, inspiración, conocimientos y a veces también decepción.
El recorrido de Eisner es exhaustivo. Los episodios de Neruda con la droga en Oriente, su ciego narcisismo, la negación que arrastra respecto a su hija Malva Marina, el abuso disfrazado de erotismo, son codificados como fuerzas contradictorias que conviven en el alma de un niño huérfano e inseguro, que crece a golpes de temeridad, convicción y un descomunal talento poético. Ello no inhibe el juicio de Eisner. Al relatar la historia de la mujer que hacía la limpieza de su casa en Ceylán, el biógrafo se apoya en el relato del propio Neruda para desentrañar lo que el poeta oculta de su conducta hacia esta mujer Tamil que, en las memorias Confieso que he vivido, “caminó solemnemente hacía la letrina, sin siquiera una mirada de lado hacía mí, sin molestarse en reconocer mi existencia y desapareció con el asqueroso receptáculo sobre la cabeza, alejandose con los pasos de una diosa”.
Dicha idealización poética es contestada por Eisner a partir de los datos que recoge en las fuentes y en los patrones de conducta habituales de Neruda frente al exotismo de las mujeres con que se cruza. “Su narcisismo se expresa aún más en el modo en que incorpora el deber de la mujer, en el sentido de limpiar su excremento personal cuando hace el relato de su violación. Equivale a la divinización de su excremento porque se trata de una diosa sublime que vacía su orinal”.
RB: ¿Cuál es tu capítulo preferido del libro?
ME: Cuando llegó a España y tuvo todos estos encuentros con poetas y artistas en Madrid. Desde ese momento, Neruda nunca volverá a sentirse deprimido otra vez. España fue un punto de inflexión para él. Si lo consideras, él había estado deprimido toda su vida hasta España, pero luego nunca más tuvo esos estados de ánimo melancólicos, como en París, en Asia, en sus años de escuela. ¡Estaba enfermo todo el tiempo! Pero una vez que llegó a España, se volvió alegre y cambió su humor triste para siempre. No es solo Lorca y sus otros amigos involucrados en España, sino que el mundo entero vino a él de un modo diferente y todo cambió. Es un momento clave y me encanta.
RB: Allí está el llamado del poeta, aludido en el título.
ME: Empieza a vivir. Y esto ocurre en medio de muerte y destrucción, incluyendo la su propia hija, que nació enferma y con una gran cabeza, a causa de la hidrocefalia. Se enamoró de Delia y toda su vida se mueve hacía una postura política, con todos estos personajes y agitación del período. Ese es el momento en que Neruda sale al mundo. Para mí, hay muchas cosas que ocurren en este capítulo: la narrativa toma acción y uno puede leer el libro no solo como biografía, sino también como una narración sobre la resistencia y algunos temas ejemplares de los cuales sacar lecciones para nuestros tiempos actuales.
RB: ¿Es allí, en la condición de ‘poeta del pueblo’ que asume entonces, donde radica el sentido de su actualidad? ¿Por qué, en el fondo, Neruda sigue siendo atractivo para públicos tan diferentes hoy en día?
ME: Es un poeta de la resistencia. Neruda llegó a ser senador en Chile y como tal hace valer sus posiciones en el Senado hasta el punto en que enfrenta una detención y es acusado de traición. Creo que hay un ejemplo allí, respecto a un modelo de este tipo que la gente está buscando, especialmente ahora en la época de Trump, con toda esta agitación en todo el mundo, en Estados Unidos, Europa y en América Latina también. Cuando ves la política como una manera de cambiar las cosas y el arte como un instrumento de inspiración, y te das cuenta que puedes combinarlos de una manera tan poderosa como hizo Neruda desde su lugar en el Senado, gritándole al presidente y escribiendo su verdad con la poesía, entonces aparecen en torno a Neruda esas dos fuerzas uniéndose de una manera que todos soñamos con ver.
RB: ¿No hay un peligro de idealizar y romantizar el rol de la poesía y de los escritores en general, a partir de la representación ejemplar de este Neruda poeta del pueblo, politizado y lírico a la vez?
ME: Claro que lo hay. Siempre he tenido en cuenta este peligroso atractivo mientras escribía el libro. Hay algunas reseñas que señalan hacia esa dirección, pero después regresan y reconocen que me mantengo en el camino correcto. Mi meta principal desde el principio fue ser imparcial. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente porque cuando comencé el trabajo sobre Neruda, en 2005, no podía dedicarle todo el tiempo, así que hubo altibajos en la narrativa que equivalen a algunos desacuerdos con la editorial. Ya ha pasado mucho tiempo, quince años en total haciendo las investigaciones y escribiendo, y te puedo decir con certeza cómo prevalece Neruda en el debate literario actual. Aparecí en “Morning Edition”, de la National Public Radio, y en los programas más escuchados de Norteamérica; después en City Lights, en San Francisco, y luego en el Festival del Libro, en México, y en la biblioteca del Congreso, en Washington. Tuvimos un festival de dos semanas en San Francisco, con asistencia completa la primera noche, y en todos esos lugares percibí la pasión que despierta Neruda, y que sí hace difícil no romantizar el tema. Pero a lo largo de los años y a lo largo de los borradores, tal como hacen los escritores, cambias esto y corriges aquello, hasta que empiezas a entender a Neruda de una manera diferente y en todas sus dimensiones.
RB: ¿Neruda no es un hombre del pasado, entonces, ni como poeta ni como artista politizado, y ni siquiera como piedra de escándalo para el clima cultural y los debates de género que tienen lugar hoy en día?
ME: El epílogo del libro trata completamente de eso: para mí, Neruda todavía resuena. Aunque pensemos que es un violador, aunque estemos conversando de esto, aún si estamos hablando de lo negativo que fueron algunos de sus actos, Neruda realza el diálogo actual. Él es contingente y pertinente: aparece en una película con Gael García Bernal; aparece en las manifestaciones de las mujeres con la gente sujetando su retrato; la gente quiere saber de Neruda; la gente está hambrienta de poesía y Neruda todavía es un best seller en las ventas de libros de Amazon; todavía aparece en las noticias treinta años después de su muerte bajo circunstancias sospechosas, y aún si su asesinato es pura mierda, él está en los titulares internacionales. Hay algo sobre este mundo actual que él te quiere decir, y es mejor escucharlo, porque hay un Neruda para todos. Esa es mi opinión.
Fragmento de Neruda: The Poet’s Calling
“La escritura elegante aparte, aún si ella existió, Neruda hace a Josie aparecer solo como un cuento exótico, demostrando la manera en que se veía a si mismo como una excepción a la cultura imperialista, ingenuo de como sus propias palabras indican su racismo. ‘Me adentré tanto en el alma y la vida de esa gente, que me enamoré de una nativa’, comienza su historia de Josie Bliss en sus memorias, un comentario parecido al del clásico ‘algunos de mis mejores amigos son…’. Sentía que había conocido la cultura birmana, casi como un antropólogo, pero su relación con Josie estaba inundada de estereotipos. Se felicitaba por su valiente, recta interacción, por ‘adentrarse tanto’, mientras propagaba un tropo racista y sexista. Neruda estaba activamente promoviendo igualdad y justicia social al mismo tiempo que estaba escribiendo estas memorias en los años 1960. Sin embargo, su deshumanización de mujeres de color definitivamente debilita su autoridad moral cuando escribe sobre los ‘oprimidos’. Las contradicciones entre la vida personal y las actitudes de Neruda y sus futuras ideas políticas se revelaron intensamente durante su tiempo en Asia y resurgirían a lo largo de su vida”. (Capitulo Ocho, Afar).
Traducción de Roberto Brodsky