Vivimos tiempos de cambio e incertidumbre. En los últimos meses, todo el planeta parece estar sacudido por violentas transformaciones políticas y culturales, no todas positivas, y algunas incluso se están mostrando verdaderamente aterradoras. Nicaragua es el mejor ejemplo hoy. En este contexto, la literatura —como toda expresión genuinamente humana— no es ajena a este mundo fragmentado y cambiante, en perpetua aceleración.
Un cambio difícil de cuantificar hoy en día es el impacto de Internet y las nuevas tecnologías digitales. En un mundo que premia la gratificación instantánea, los lectores parecen haber desaparecido del espacio público. El ejercicio demorado y meditativo que exige la lectura de un libro puede resultar excesivo para quienes ya están acostumbrados a hojear las páginas del mundo sin verdadera curiosidad. Y, sin embargo, la cantidad de libros publicados anualmente no deja de crecer. ¿Hay tantos lectores? No lo sabemos, pero está claro que ahora se publican más libros que nunca. Y, aunque no lo fueran, ya es imposible seguirles el ritmo. Los libros nos superan. Pero, ¿los lectores nos superan? Es imposible cuantificar este grupo silencioso y secreto. No sabemos cuántos son, pero sabemos qué los mantiene en marcha: una inexplicable pasión por los libros.
Eso quiere ser Latin American Literature Today : un espacio para lectores en esta era digital e inestable. América Latina no deja de producir escritores; su creatividad es incesante. En este número, construimos un puente entre el pasado y el presente. En el primer dossier, nuestro editor asociado, el escritor Arturo Gutiérrez Plaza, ha preparado un magnífico reportaje para repasar la obra del poeta y ensayista venezolano Eugenio Montejo diez años después de su muerte. En 2003, muchos lectores, e incluso el propio poeta, quedaron asombrados al escuchar a Sean Penn, en la película 21 Gramsde Alejandro González Iñárritu, recitando el poema “La tierra se volvió para acercarnos”. El poema surgió en el mundo del cine como la punta de un iceberg, casi como un infiltrado, portador de una belleza insólita. Muchos recordaron el poema e incluso buscaron saber más sobre su autor. Este iceberg no se ha hundido, sigue a flote en el vasto océano de la literatura. En este reportaje, que también es un homenaje, peinamos la memoria literaria de Venezuela e Hispanoamérica.
Un segundo dossier, elaborado por la profesora Ana María Ferreira de la Universidad de Indianápolis, abre las puertas a una literatura aún poco conocida en Hispanoamérica: la literatura wayuu. No podemos dejar de recalcar la alegría que nos produce publicar este dossier de literatura indígena, sobre todo porque literatura y resistencia confluyen en la obra y el pensamiento de los tres autores incluidos: Vicenta Siosi, Estercilia Simanca y Vito Apüshana. Como en todas partes de América Latina, cada país tiene sus propias deudas con sus pueblos indígenas, y Colombia no es la excepción; la factura del gobierno colombiano aún no ha sido pagada. Veremos si su nuevo presidente asume esta deuda y pone al día a su pueblo con su propia historia en un país donde la paz no es una cuestión fácil de resolver. Como dice Ana María en su introducción: “La literatura wayuu tiene una larga y rica tradición, tan larga como la historia misma del pueblo”. Esperamos que en este reportaje y en los dos artículos que lo acompañan, los lectores de LALT aprendan algo más de esta extraordinaria tradición literaria.
No hace falta volver a enfatizar que la literatura indígena tiene un lugar de privilegio en LALT. La evidencia habla por sí misma. Junto con nuestro dossier de literatura wayuu, este número también incluye al poeta zapoteco Felipe H. López en un artículo por el que debemos agradecer a la traductora Brook Danielle Lillehaugen de Haverford College y Osiris Gómez de la Universidad de California, Santa Bárbara.
Pero, así como en LALT escudriñamos el pasado e interrogamos la memoria para no olvidar el largo camino ya recorrido para llegar hasta aquí, también nos atrevemos a pensar, o quizás deberíamos decir a velar, el futuro a través de América Latina. ciencia ficción. En esta oportunidad, nuestro permanente colaborador y amigo, el editor y escritor chileno Marcelo Novoa, ha preparado un excelente dossier con lo que podríamos llamar una rareza: la ciencia ficción andina. Tres autores exploran tres países diferentes. Marcelo Novoa, Chile; Daniel Salvo, Perú; e Iván Rodrigo Mendizábal, Ecuador. Basta señalar la cantidad de títulos mencionados en estos artículos para comprender la intrincada y no tan secreta red de escrituras de ciencia ficción en esta parte de América Latina.
Son muchas las novedades, sorpresas y avances que vienen en este nuevo número de LALT. Sería innecesario entrar en más detalles; baste decir lo felices que estamos de seguir siendo un espacio en el mundo angloparlante para la literatura latinoamericana y la literatura indígena escrita en suelo latinoamericano. Sin especulaciones, podemos decir que la mitad de nuestros lectores están en los Estados Unidos, un número que nos asombra y nos enorgullece. Quizás algún lector de Oklahoma ya nos esté leyendo en inglés, preguntándose por nuestras ciudades y nuestras historias. Hay que decirlo: el desafío de acercar la literatura latinoamericana a los lectores de Estados Unidos aún nos fascina. Sabemos que los escritores latinoamericanos siempre han leído a los grandes escritores del idioma inglés, sería inútil ofrecer aquí una lista para probarlo. Quizás, en algún momento, el mundo de habla inglesa descubrirá a sus vecinos del sur a través de la literatura y verá en estos “otros” (nosotros) algo que les pertenece y les habla. Como un espejo resquebrajado que devuelve una imagen imperfecta, pero no por ello menos real, nuestra literatura no es más que un relato más que añadir al amplio espacio del mundo de la cultura occidental.
Marcelo Rioseco
Traducido por Arthur Dixon