Recuerdo bien la primera vez que me encontré con un cuento de la escritora argentina Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978). Fue en la antología La joven guardia, publicada en Buenos Aires en 2005. El libro reunía a los escritores en aquel momento “jóvenes” que, nacidos después de 1970, se encontraron, con veinte o treinta años, asfixiados por la debacle económica y política argentina de diciembre del 2001. Como en el caso de años anteriores con la dictadura de las juntas militares entre 1976 y 1983, o el advenimiento del neoliberalismo a partir de 1990, ése sería, sin dudas, el evento definitorio de una generación —llamada por alguna parte de la crítica como 00 o NNA, por Nueva Narrativa Argentina— que rehusaba integrarse en un colectivo o formar parte de algún círculo literario y que asistía, seguramente con la boca abierta, a un colapso histórico y a un panorama editorial inédito.
El cuento se llama “El cavador”. En él, un hombre alquila una casa en un pequeño pueblo cerca del mar. Allí encuentra a un hombre que cava un pozo. Nadie sabe por qué. Nada más. Al reseñar el libro para Word Literature Today en el 2007, me arriesgué a decir que era el mejor cuento de la colección. Me parece que el tiempo y la obra posterior de Samanta han respaldado aquel juicio, que ya no parece tan aventurado.
La escritura de Schweblin ha cumplido con todos los protocolos que el circuito y el mercado literario imponen: premios, traducciones, becas, reconocimiento nacional e internacional. Su primer libro de cuentos, El núcleo del disturbio (2002), obtuvo el premio del Fondo Nacional de las Artes en Argentina; años después, Pájaros en la boca, su segundo libro de relatos, recibió el reconocido premio Casa de las Américas en Cuba en el 2008 y se publicó en el 2009. En el 2010, la revista británica Granta la eligió como una de las mejores escritoras jóvenes hispanas. Mientras tanto, en el 2012 el cuento “Un hombre sin suerte” obtuvo el prestigioso premio Juan Rulfo otorgado por Radio Francia Internacional en París. Su incursión en la novela corta, Distancia de rescate (2014), le significó el premio Tigre Juan y su traducción al inglés (Fever Dream) fue nominada al premio Man Booker en el 2017. Su último libro de cuentos, Siete casas vacías, obtuvo el premio Narrativa Breve Ribera del Duero en 2015. En 2017 fue incluida en la lista de Bogotá 39 entre los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años. Al año siguiente se publicó su segunda novela Kentukis. Tal vez una de las señales más claras del creciente impacto y difusión de la literatura de esta escritora argentina sea el hecho de que, mientras cierro esta introducción, el 1 de enero del 2019 apareció en el New York Times la reseña de la primera colección de sus relatos en inglés, Mouthful of Birds. Los libros de Schweblin han sido traducidos a una treintena de lenguas y la autora ha sido fiel al nomadismo de sus textos: ha residido en México, en Italia, en China; por estos días, vive en Berlín.
Este dossier que hemos preparado para Latin American Literature Today es ante todo una invitación a los lectores a conocer la ficción de una de las escritoras más relevantes del panorama literario argentino y latinoamericano de estos tiempos. La intención era cubrir todos los volúmenes publicados hasta el momento para de ese modo ofrecer un panorama lo más completo posible de la maquinaria ficcional de Schweblin, dentro de una obra que aún se está haciendo. A excepción de la novela publicada el año pasado —Kentukis— cuya distribución y circulación mundial se espera con mucha anticipación, el objetivo está cumplido. Se convocó a críticos de renombre para que realizaran una lectura atenta de cada volumen, recorriendo sus caminos y sopesando su valor. Sandra Gasparini abre este dossier con una mirada sobre rupturas y violencias en El núcleo del disturbio. Ubicando los relatos en los límites del absurdo, el fantástico y el terror, Gasparini centra su atención, por un lado, en el sintagma “pero algo sucede” que estructura los cuentos de este libro y, por el otro, en el núcleo temático de la violencia que recorre los espacios y los personajes algo desprotegidos de la escritora argentina. El ensayo cierra enfocándose en el cuento “La pesada valija de Benavides”, texto que reúne varios aspectos importantes para la narradora: “la reificación del cuerpo femenino, la complicidad del sistema patriarcal y las recuperadas disputas estéticas por la definición de qué es arte y qué no lo es”. Por su parte, Lucía de Leone propone una lectura de Pájaros en la boca que repara en los tópicos recurrentes (maternidades, enfermedades, crueldades), las geografías extrañas y los variados modos narrativos. Pero, para de Leone, la escritora argentina en este segundo libro de relatos pone en cuestionamiento la misma idea de orden (genérico, temático, social) y de Leone elige el relato “Bajo tierra” como ejemplo y como cifra de “esos nuevos relatos maternos en la medida en que se cambia la perspectiva narrativa, se introduce la incertidumbre y habilita el surgimiento de otras historias posibles”. El análisis de Distancia de rescate corresponde a la óptica de Gisela Heffes, quien reflexiona sobre la novela a partir del momento presente, el momento de la crisis ambiental. Están aquí nuevamente los temas que ya se van constituyendo en el universo narrativo de Schweblin —las maternidades, los espacios amenazantes, las deformaciones, la violencia— esta vez de la mano de quizá el aspecto más comentado de la novela, su perspectiva: “el relato de Amanda es una voz, una toxicidad discursiva”, dice Heffes. Desde allí se potencia la mirada sobre los cuerpos, interrogada desde una “elegía del hoy”. Mi propuesta de lectura para el tercer libro de cuentos de la escritora argentina, Siete casas vacías, se enfoca en la experimentación con la forma narrativa del cuento. Hay en los relatos que integran este volumen un eje temático clave: las relaciones de familia. Y, desde allí, esas intensidades agónicas en las que se especializa Schweblin se dibujan como conexiones algo insólitas, tiernas y hasta humorísticas en esas casas a las que se nos invita a entrar. Como concluía en mi ensayo, este es su libro más realista, “pero habría que ya pensar en huir de categorías fáciles para describir su obra y hablar más bien de una sintaxis propia en donde campea el efecto de extrañamiento y, tal vez, cierta maravilla ante la existencia”. El dossier concluye con la entrevista que Arthur Dixon le realiza a Schweblin donde la escritora argentina afirma, entre otras cosas, su intención de no escribir desde los géneros sino buscando la lógica interna de las historias a partir de un ensanchamiento de lo real en su literatura. Reconoce además la importancia de la creación de ambiente en sus relatos y cree que la literatura sirve, en su caso, para procesar la violencia del mundo. “La literatura es el ejercicio práctico de la empatía”, señala.
Los títulos de los libros de Schweblin —El núcleo del disturbio, Pájaros en la boca, Distancia de rescate, Siete casas vacías, Kentukis— llaman la atención, sea por el fraseo o por la imagen inesperada que suscitan. Son pequeños sacudones de extrañeza. Para los lectores atentos, los que quieren ir a las entrañas de lo insondable como aquel personaje de “El cavador”, son un desafío para pensar lo literario desde el abismo de nuestras posibilidades.
Pablo Brescia
University of South Florida