Ni Bárbaras ni Malinches, Antología de narradoras en español en Estados Unidos. Compilada por Fernando Olszanski. Chicago: Ars Communis Editorial. 2017. 172 páginas.
La escritora y académica venezolana, Naida Saavedra, define el Nuevo Boom Latino como un reciente movimiento literario comprendido por autores latinoamericanos, universidades, lugares de encuentros culturales y otras organizaciones que publican y promueven trabajos en español escritos en los Estados Unidos. Una serie de antologías que han sido publicadas en los últimos años dan cuenta de este activo movimiento literario en desarrollo, del cual han surgido colecciones que ofrecen perspectivas frescas acerca del enfrentamiento, la resistencia y la reinvención del individuo en el nuevo lugar y la nueva cultura.
Un importante promotor de este Nuevo Boom Latino es el director de Communis Editorial, el escritor argentino y editor Fernando Olszanski. En el marco de lo que él ha denominado “Literatura del desarraigo”, la iniciativa editorial de Olszanski ha logrado ya constituir un importante catálogo de publicaciones que abarca varias antologías. La más reciente, Ni Bárbaras ni Malinches, Antología de narradoras en Estados Unidos, compilada por el mismo Olszanski, conforma una muestra de quince escritoras —catorce de Latinoamérica y una de España— que han contribuido a esta colección con historias reveladoras e interpretaciones diversas de la vida en los Estados Unidos. Con un estilo y perspectiva singulares, los textos de esta antología están conectados por historias en las que, bien como víctimas o como villanas, las mujeres son las únicas protagonistas. El presentar personajes femeninos como eje central de cada uno de los cuentos, se corresponde con uno de los objetivos primordiales que persigue esta publicación: enfrentar los estereotipos de la mujer latina, tal como lo señala Olszanski en la introducción del libro.
Entre las autoras que logran este objetivo de modo magistral están: Teresita Dovalpage, quien sorprende al lector con un soliloquio, disfrazado de diálogo entre la protagonista y su madre tradicional, en el que se construye progresivamente una auto-reflexión sobre la orientación sexual de la mujer y su aceptación de la misma; Ana Merino, cuyo personaje principal recuerda su vida y las consecuencias de sus decisiones sin caer en la victimización, afirmando que para bien o para mal, ella ha tenido el control de su propia historia; Gizella Heffes, quien mantiene la tensión narrativa mediante el uso de la segunda persona, tejiendo un juego psicológico a partir de una inquietante caminata por el control de seguridad de un aeropuerto; y Jennifer Thorndike, cuyo cuento logra capturar los retos y presiones de la vida académica, e incluye además un entrañable tête-à-tête entre la protagonista y su gato.
Aunque las biografías de cada una de las autoras seleccionadas en Ni Bárbaras ni Malinches evidencian y contrastan diversas experiencias, carreras y logros literarios, todas ellas parecen compartir una urgencia por vindicar el lugar de la mujer en la historia literaria. Un reciente escándalo en las redes sociales provocado por la noticia de que una delegación colombiana seleccionada para asistir a un conjunto de actividades literarias en la Bibliothèque de l’Arsenal, en París, estaba compuesta únicamente por escritores (hombres), subraya esta urgencia. Los estereotipos deben desafiarse, y la voz de la mujer y sus historias deben ser parte integral de cualquier movimiento literario o conversación desde el comienzo; no como un añadido posterior o una mera concesión a la corrección política.
Melanie Márquez Adams
East Tennessee State University
Traducción de Arturo Gutiérrez Plaza