Girona, invierno del 14
El tiempo era el camino
David Huerta
Qué hacen tres hijas
con su padre
en el apenas sol
de ese bosque catalán?
Qué hace él
con ese mohín inútil
de abarcarlas
en plena marcha
raudas
sus tres guerreras?
Qué hace el Tiempo
fugándose esdrújulo
entre los pies
entre los altos chopos
y baja
sin concesiones
hacia nuestras sombras?
No es que me disgustaran las cretonas
ni las petunias
ni los claveles
ni los casi tímidos malvones
ni mucho menos las audaces margaritas junto a la reja
Mi madre les hablaba con desigual paciencia
o eso creo
porque a lo lejos veía cómo sus labios se movían
cuando con unos dedos negros de tierra
acariciaba las hojas rugosas de un geranio solitario
o señalaba el viaje curvo de los gladiolos
por la orilla de un cantero de piedras
Fue una infancia en flor
esa niñez deseada de plantas
y leves aromas que ya no están
Pero mientras caía su soliloquio de la tarde
frente a sus criaturas clavadas en el terreno
o en desvaídas macetas sin memorias
yo pensaba en las palabras
en la gracia del lenguaje y en la invención:
taco de reina
boca de sapo
ala de ángel
corazón de estudiante
enamorada del muro
A nuestro modo compartíamos el jardín
y un miedo tan irreal como posible
de que el crepúsculo
nos sorprendiese hablando solos
perplejos o aturdidos
ella en su larga conversación vegetal
yo en un eterno murmullo de voces
como latidos de un corazón
que casi todo lo ignora,
menos el amor
Vicente Aleixandre
Es tan falaz la muerte
tan obvio
su espectáculo de espuma
aunque sea
tu
mano
ajustada
a
mi
garganta
o esa paloma
que ya no es ave
junto al cordón de piedra
Su simulacro falla
cada vez que nos envuelve
esa húmeda pátina
de la tarde enamorada
Cae su máscara
cada vez que me decís
qué no darías
por rellenar el tiempo
a cuatro manos
Búfalos
Que también la escritura se convierta en un inmenso
globo de cristal y estalle
Osvaldo Lamborghini
Las palabras se deslizan
por la página
como un lento
camino de búfalos
por la sabana
Van a abrevar
a los grandes lagos
el agua bendita
abrevadero
La palabra búfalo
parece tan ajena acá
Acá es Montevideo
el centro mismo
de la ciudad
aplastada por la luz
de la mañana africana
incandescente
No sin esfuerzo
la conciencia
escucha
el trote del lenguaje
en su desliz animal
Se agrieta
un rumor amarillo
y la manada
es ya
un montón de polvo
rumbo al poema
Foto: Vista de Girona, por Dovile Ramoskaite, Unsplash.