Nota del editor: La amistad entre Carlos Germán Belli y Pedro Lastra data de hace varias décadas. Es una amistad entre poetas que se comunican también a través de sus propios poemas. Enrique Lihn fue parte de esta amistad. Tempranamente reconoció el talento literario de Belli y su amistad con Lastra duró hasta su muerte en 1988. Estos dos poemas que siguen testimonian una amistad y también de una admiración desinteresadamente correspondida.
Carta a Carlos Germán Belli
(Una nota a su poema “Oh hada cibernética”, escrito ca. 1960)
Necesitamos hoy, y más que nunca
el auxilio de tu hada cibernética,
porque ha regresado una vez más
el invisible y “crudo
secuaz de las hogueras”.
Él viaja por el aire del mundo
y el silencio,
el amado silencio,
lo ha traído y lo lleva
sin saberlo.
Cayó sobre nosotros como cae la noche
y parece, como ella, nacido de la nada.
Que el hada cibernética
entonces invocada
nos libere por fin de ese destino,
que para los antiguos
bien pudo ser el nombre
de la fatalidad.
Pedro Lastra
23 de mayo de 2020
El alabanza de Lastra y Lihn
Aquí la concisión de Pedro Lastra,
aquí de Enrique Lihn la gran facundia,
en uno y otro punto del espacio
de la página blanca ambos presentes
como señal de su naturaleza
tan distinta en el uso de la pluma,
aunque igual los dos van mostrando todo
lo mejor de sus respectivas almas,
en palabras sonoras castellanas
y a lo largo de nuestro siglo XX.
Porque ellos saben cómo al fin vencer
el olvido que por delante asedia:
que vuestra concisión, querido Pedro,
resulta cosa refinada y sabia,
en tanto que es el propio hervor vital
esa facundia vuestra, Enrique, amigo
recordado por siempre entre nosotros.
Y elocuente y lacónico uno y otro,
aquí en letras de molde quedarán
ambos grandes de acuerdo a su manera