The Miracle Unfolds. Juana Rosa Pita. Traducido por Erin Goodman. Ciudad de Iowa: The Song Bridge Project. 2021.
Cuando entramos a un planetario y nos sentamos dentro de su domo, nos envuelve la oscuridad, pero los tenues contornos de las sillas, las personas y los marcos de las puertas nos mantienen anclados a la Tierra. Estamos a la expectativa, con nuestros recuerdos visuales a flor de piel: un cielo nocturno desnudo en un lugar silvestre lo suficientemente iluminado como para ver con claridad o la imagen que nos muestra un telescopio digital y que es tan etérea que parece salida de la mente de un artista. Luego la sala se oscurece y la vista nos convence de que nuestro suave cuerpo animal se precipita por el espacio, mucho más allá del “limpio aire azul”, como lo describió Mary Oliver.
Antes de adentrarnos en The Miracle Unfolds, obra de la poeta cubana-estadounidense Juana Rosa Pita (La Habana, 1939) traducida al inglés por Erin Goodman (Song Bridge Project, octubre de 2021), tenemos nuestras propias ideas de lo que constituye un milagro: un bebé que nace con los dedos de las manos y de los pies intactos, o un pimpollo exquisito que se despliega meticulosamente. Un milagro es, por supuesto, algo que despierta asombro y maravilla, y el trabajo de Pita es una oda ecfrástica al Misterio (con mayúscula) que ella ve desde lo vasto del cosmos hasta la partícula más infinitesimal. Glorifica a Dios entre sombras, silencios, susurros y miradas fugaces; en el mundo poético de Pita, estas fuerzas aparentemente inescrutables en realidad nos invitan a conocerlas, ya sea a través de la ciencia, la conexión humana, la fe o la poesía.
The Miracle Unfolds es una extensa antología de poemas seleccionados por Pita y Goodman de entre siete obras escritas por Pita, originalmente publicadas en español y, en algunos casos, junto a las traducciones al italiano hechas por la misma autora. El tono sagrado y espiritual de la colección nos recuerda a los libros poéticos de la Biblia: estos son los proverbios astrofísicos, los salmos y los cánticos de Pita. El libro también es el resultado de la colaboración de casi ocho años entre Pita y Goodman, y la editorial, The Song Bridge Project, publica exclusivamente ediciones bilingües paralelas. De alguna manera, el formato honra la relación entre Pita y Goodman, ya que nos permite imaginarnos a la poeta y a la traductora sentadas frente a frente, dialogando profundamente.
Goodman escribe en la Nota del traductor que se sintió atraída por la voz de Pita, la cual evoca una sensación de equilibrio y quietud; sus poemas son testimonio de lo que implica sentir. Según la impactante poesía de Pita, cuando nos conectamos con nuestro universo interior y aquel que habitamos físicamente, podemos saltar como un electrón, aunque sea momentáneamente, hacia un nivel de energía cósmica más alto y pasar de Homo sapiens a “Homo angelus”. Del mismo modo, las traducciones de Goodman son otro salto más: están impulsadas por la energía que invierte con dedicación en su contemplación y su interpretación, pero orbitan el mismo centro.
Cuando Goodman no logra, quizá, reflejar la inventiva de Pita sin poner en riesgo un elemento esencial del poema, consigue trasladarla a otra parte. Pita crea una “vida-nave” (“life-ship”) que navega por el “maríntimo” (“inner-sea”), y Goodman sigue el juego, convirtiendo así “limosnas de palabras” en “word-alms”, “obreros del mar” en “sea-workers” y “opresión del alma” en “soul-oppression”. Goodman aborda la problemática de traducir sonidos y ritmos de una forma que parece estar inspirada en “Cuarteto de Otoño” (“Autumn Quartet”): “Entre sus confusiones/ la vida nos da acordes/ con que hacer joyeles de música” (“Among its confusions/ life gives us chords/ to form little musical jewels”). Los joyeles no siempre emergen en el mismo lugar ni necesariamente con la misma tonalidad, pero se los registra con nitidez en las traducciones. Y es en la improvisación y la libertad poética de Goodman que estos brillan con fulgor, como cuando transforma “Todos los crepúsculos hermosos/ están incluidos en los relumbrantes,/ que esperamos en Pisa y en Florencia” en “Every beautiful twilight/ is entwined in the twinkling ones/ we await in Pisa and Florence” en el poema “Motete” (”Motet”).
Goodman hace otra observación sobre Pita en la Nota del traductor: “Aunque su calidad de exiliada no la define, en toda su obra se percibe el evidente anhelo por una tierra natal o patria, que podría ser física o figurativa, tal vez presente en una persona o un alma gemela”. Ciertamente, las últimas cuatro secciones de The Miracle Unfolds remiten a la relación de Pita con su “hermano astral” (“astral brother”), el físico y poeta Giovanni Vignale. Goodman explica en una nota al pie de página que Pita se topó por casualidad con el libro de Vignale The Beautiful Invisible: Creativity and Theoretical Physics en una librería de Cambridge en 2015 y que este demostró ser el momento cósmico bisagra en la vida espiritual y creativa de ambos escritores, y el comienzo de una relación musa-mentor-traductor. Goodman además subraya que “no se puede restar importancia al rol que la física y la fascinación de Pita con el milagro y la ciencia de la vida juegan en la obra de la poetisa, especialmente en sus últimas cuatro antologías”, las cuales van de la mano con el desarrollo de este vínculo entre Pita y Vignale.
De todos modos, es artísticamente limitante definir a una poetisa cubano-estadounidense por calidad de exiliada. Pita reflexiona sobre todas sus tierras natales: desde Cuba hasta Virginia, Italia y Boston, pero según “Patria a la medida” (“Tailor-Made Homeland”), parece que prefiere plantar bandera en el terreno de la poesía. Un artista desplazado o migrante es, al fin de cuentas, un artista; no hace falta agregar adjetivos. Y en el caso de Pita, que se fue de Cuba en 1961, estos sesenta años contienen demasiados ríos, sueños y compatriotas astrales como para catalogarlos como “literatura del exilio”.
En cambio, Pita encuentra lo eterno en lo fugaz y lo infinito en lo mínimo. Pita y Goodman eligieron bien los últimos dos poemas que finalizan la colección, “Entender no entendiendo” (“To Know Without Knowing”) y “La clave está en otra parte” (“The Key is Elsewhere”), ya que contienen máximas concisas que reflejan la raison d’écrire de Pita al inicio de su novena década:
Ser solamente humanos pone límites Being simple mortals has its limits
pero un poema a veces nos susurra but a poem sometimes whispers to us
algo que otros van a entender something others will understand
con atención leyéndonos más tarde. later when they read us closely.
La clave de la realidad está en el sueño, [T]he key to reality is in dreams
la de la vida en la fe. and the key to life is in faith.
En la poesía está la clave de la física The key to physics is in poetry
y en el fondo del mar la de la tierra. and Earth’s is at the bottom of the sea.
Cuando salimos de un planetario, desde la calle podemos verlo como lo que es: una catedral geodésica anclada por la fuerza gravitacional de nuestro colosal planeta en forma de globo. Sentimos que regresamos a la realidad y metabolizamos la inquietante experiencia de arrancarnos de la seguridad de la atmósfera terrestre mediante una ilusión óptica. Pero también emergemos conscientes de que nuestro cuerpo está, de hecho, dando vueltas constantemente por este vasto y asombroso universo.
Una impresión similar nos deja la obra poética de Juana Rosa Pita.
Emily Hunsberger
Filadelfia
Traducción de Daiana E. Díaz