Nota del editor: Nos complace compartir con nuestros lectores la siguiente selección de poemas, en edición bilingüe, del poemario Debe ser un malentendido de Coral Bracho (Ediciones Era, 2014), traducido por Forrest Gander como It Must Be a Misunderstanding y publicado en inglés por la editorial New Directions en 2021. Les agradecemos a Coral Bracho, Forrest Gander y New Directions por darnos su permiso para incluir estos poemas, junto con la nota introductoria de Forrest Gander con las traducciones al inglés.
It Must Be a Misunderstanding está disponible para la compra en el sitio web de New Directions.
(Observaciones)
Las piezas del rompecabezas
se pierden, pero no la mirada
que lo sabe suyo.
Las formas, los objetos, se funden,
se desmoronan; pero el sentido
del conjunto persiste: entre momentos,
entre ficciones,
bajo fracturas incesantes. Como un umbral,
un asidero.
(Observaciones)
Ese pájaro
que baja a picotear el asfalto
muy cerca de su pie, es algo
que jamás ha visto.
No hay con qué compararlo;
nada que lo emparente con aquel gato
o que comparta
con ese arbusto.
Todos son habitantes inesperados;
contundentes presencias
del espacio que, de momento,
compartimos con ellos. No hay reinos
que los reúnan o los separen
en sus precisos territorios,
ni palabras
donde se empalmen. Éste,
que ahora agita las alas
y brinca entre la hierba y el polvo,
es único.
(Alzheimer. Seguimiento)
¿Quién es el presidente de este país?
—Pues depende para unos
es uno; para otros es otro.
¿Cómo se llama esto?
—No sé, doctor, porque yo no uso
eso; sólo usted.
¿Cuántos hijos tiene?
—Muchos.
¿A qué se dedicaba usted antes?
—Ahora me va a pedir
que dibuje un reloj.
¿Usted bailaba?
—Sí, claro, por supuesto que bailaba.
¿Y viajó alguna vez?
—Sí, claro.
¿A donde?
—Pues a donde iban todos.
(Intuiciones)
¿Cuál es el hilo que nos narra
y nos da solidez
cuando no hay trayectoria
que nos explique?
¿Cuál es el hilo que sabemos vital?
Aquel, quizás, que hilvana el puñado de gestos
en los que somos; donde sentimos
que aún tenemos control. Gestos
que repetimos como certezas; que son contornos
de esas certezas que alguna vez nos moldearon,
y que ahora nos trazan
y fijan
como sombras. Certezas
cuyo sentido y origen desconocemos,
pero que aún nos cubren,
y nos protegen, como escafandras,
como rejas;
que aún nos permiten mirar tras ellas
el mundo:
esa inquietante, inaprehensible
extrañeza.
(Intuiciones)
Los rasgos, los sonidos de las palabras
se van,
pero su sentido está ahí,
quieto,
volteando hacia el cuadro opaco
donde se esconden: Para atraparlos,
para soltar frente a nosotros algún color,
algún brillo.
Pero el fondo donde se ocultan, se internan,
es cada vez más oscuro,
y ellos más ágiles, más inciertos.
Desde dentro
se ríen,
y lo interpelan. Pero con otros tonos,
otras voces que inventan.
Poemas del libro Debe ser un malentendido (Ediciones Era, 2014)