Nota del editor: Estos poemas se pueden leer en el portugués original, y también en traducción al español y el inglés. Desplázate hacia abajo para leer en español, y haz click en “English” para leer en inglés.
O engenheiro
A luz, o sol, o ar livre
envolvem o sonho do engenheiro.
O engenheiro sonha coisas claras:
superfícies, tênis, um copo de água.
O lápis, o esquadro, o papel;
o desenho, o projeto, o número:
o engenheiro pensa o mundo justo,
mundo que nenhum véu encobre.
(Em certas tardes nós subíamos
ao edifício. A cidade diária,
como um jornal que todos liam,
ganhava um pulmão de cimento e vidro).
A água, o vento, a claridade,
de um lado o rio, no alto as nuvens,
situavam na natureza o edifício
crescendo de suas forças simples.
Publicado originalmente em O Engenheiro (1945)
A lição de poesia
1.
Toda a manhã consumida
como um sol imóvel
diante da folha em branco:
princípio do mundo, lua nova.
Já não podias desenhar
sequer uma linha;
um nome, sequer uma flor
desabrochava no verão da mesa:
nem no meio-dia iluminado,
cada dia comprado,
do papel, que pode aceitar,
contudo, qualquer mundo.
2.
A noite inteira o poeta
em sua mesa, tentando
salvar da morte os monstros
germinados em seu tinteiro.
Monstros, bichos, fantasmas
de palavras, circulando,
urinando sobre o papel,
sujando-o com seu carvão.
Carvão de lápis, carvão
da idéia fixa, carvão
da emoção extinta, carvão
consumido nos sonhos.
3.
A luta branca sobre o papel
que o poeta evita,
luta branca onde corre o sangue
de suas veias de água salgada.
A física do susto percebida
entre os gestos diários;
susto das coisas jamais pousadas
porém imóveis naturezas vivas.
E as vinte palavras recolhidas
nas águas salgadas do poeta
e de que se servirá o poeta
em sua máquina útil.
Vinte palavras sempre as mesmas
de que conhece o funcionamento,
a evaporação, a densidade
menor que a dor ar.
Publicado originalmente em O Engenheiro (1945)
Os Vazios do Homem
1.
Os vazios do homem não sentem ao nada
do vazio qualquer: do do casaco vazio,
do da saca vazia (que não ficam de pé
quando vazios, ou o homem com vazios);
os vazios do homem sentem a um cheio
de uma coisa que inchasse já inchada;
ou ao que deve sentir, quando cheia,
uma saca: todavia não, qualquer saca.
Os vazios do homem, esse vazio cheio,
não sentem ao que uma saca de tijolos,
uma saca de rebites; nem têm o pulso
que bate numa de sementes, de ovos.
2.
Os vazios do homem, ainda que sintam
a uma plenitude (gora mas presença)
contêm nadas, contêm apenas vazios:
o que a esponja, vazia quando plena;
incham do que a esponja, de ar vazio,
e dela copiam certamente a estrutura:
toda em grutas ou em gotas de vazio,
postas em cachos de bolha, de não-uva.
Esse cheio vazio sente ao que uma saca
mas cheia de esponjas cheias de vazio;
os vazios do homem ou o vazio inchado:
ou o vazio que inchou por estar vazio.
Publicado originalmente em A Educação pela Pedra (1966)
El ingeniero
La luz, el sol, el aire libre
envuelven el sueño del ingeniero.
El ingeniero sueña cosas claras:
superficies, tenis, un vaso de agua.
El lápiz, la escuadra, el papel;
el dibujo, el proyecto, el número:
el ingeniero piensa el mundo justo,
mundo que ningún velo encubre.
(En ciertas tardes nosotros subíamos
al edificio. La ciudad cotidiana,
como un diario que todos leían,
lograba un pulmón de cemento y vidrio).
El agua, el viento, la claridad,
a un lado el río, en lo alto las nubes,
situaban en la naturaleza el edificio
creciendo de sus fuerzas simples.
La lección de Poesía
1.
Toda la mañana consumida
como un sol inmóvil
ante la hoja en blanco:
principio del mundo, luna nueva.
Ya no podías dibujar
siquiera una línea:
un nombre, ni siquiera una flor
florecía en el verano de la mesa:
ni en el mediodía iluminado,
cada día comprado,
del papel, que puede aceptar,
no obstante, cualquier mundo.
2.
La noche entera el poeta
en su mesa, intentando
salvar de la muerte los monstruos
germinados de su tintero.
Monstruos, animales, fantasmas
de palabras, circulando,
orinando sobre el papel,
ensuciándolo con su carbón.
Carbón de lápiz, carbón
de la idea fija, carbón
de la emoción extinta, carbón
consumido en los sueños.
3.
La lucha blanca sobre el papel
que el poeta evita,
lucha blanca donde corre la sangre
de sus venas de agua salada.
La física del miedo percibida
entre los gestos diarios;
miedo de las cosas jamás asentadas
no obstante inmóviles — naturalezas vivas.
Y las veinte palabras recogidas
en las aguas saladas del poeta
y de las que se servirá el poeta
en su máquina útil.
Veinte palabras siempre las mismas
de las que conoce el funcionamiento,
la evaporación, la densidad
más leve que el aire.
Los vacíos del hombre
1.
Los vacíos del hombre no sienten la nada
del vacío cualquiera: el del abrigo vacío,
el de la bolsa vacía (que no se mantienen de pie
si están vacíos, o el hombre con vacíos);
los vacíos del hombre sienten un lleno
de una cosa que se hinchase estando hinchada;
o lo que debe sentir, estando llena,
una bolsa: todavía, no cualquier bolsa.
Los vacíos del hombre, ese vacío lleno,
no sienten lo que una bolsa de ladrillos,
una bolsa de remaches; ni tiene el pulso
que late en una de semillas, de huevos.
2.
Los vacíos del hombre, aunque sientan
una plenitud (malograda y aún presencia),
contienen nadas, contienen solo vacíos:
lo que la esponja, vacía estando llena;
se hinchan de lo que la esponja, de aire vacío,
y de ella copian ciertamente la estructura:
toda de grutas o gotas de vacío,
puestas en racimos de burbujas, de no-uva.
Ese lleno vacío siente lo que una bolsa
pero llena de esponjas llenas de vacío;
los vacíos del hombre o el vacío hinchado:
o el vacío que se hinchó por estar vacío.
Traducciones hechas, revisadas y corregidas por Margara Russotto, a partir del libro: João Cabral de Melo Neto: Antología poética. Selección y traducción de Margara Russotto. ˜Caracas: Fundarte, 1979.