¿Qué hay detrás de un nombre?
La mayoría de los ensayos que conforman este dossier hacen referencia al nombre de Rodolfo Enrique Fogwill, uno de los autores argentinos más importantes de su generación, fallecido ya hace diez años. Era “Quique”, para los amigos. O “Kike”, como lo prefería. “Fogwill” a secas, como logró que lo conocieran. Fogwill como adjetivo y marca. Hasta se menciona su tercer nombre: Samuel, como el de su padre. Estos distintos nombres se corresponden con las distintas caras y vidas del autor de la novela de la guerra de Malvinas Los pichiciegos, un hombre que además fue tanto más que eso: escritor creativo para una marca de chicle, navegante aficionado, ex estudiante de medicina, padre, amigo, crítico, un “niño terrible”, un “provocador cultural, sociólogo de profesión, poeta por repulsión, narrador famoso por equivocación”, y, según Borges, el hombre que más sabía de tabaco y coches. Para conmemorar el décimo aniversario de su muerte, celebramos a todos esos hombres en Fogwill.
Dos archivos
“Parecía una casa en pausa”, dice Verónica Rossi al recordar la primera vez que entró a la casa de Fogwill después de su muerte. Nada había sido cambiado de lugar: “Había plantas, pilas de papeles, cajas con libretas, revistas y recortes de prensa, fotos, sogas, cables colgando, accesorios de su velero y varias computadoras desarmadas repartidos por todo el lugar”. Por cortesía de la familia del autor, incluimos en este dossier algunos de los materiales que componen el Archivo Fogwill: fotos, cartas, postales. Otros tantos vinieron de nuestros colaboradores y sus propios archivos.
Porque hay un segundo archivo. Los ensayos de este dossier también dan cuenta del lugar indiscutible que Fogwill ha ocupado en el Archivo de la literatura argentina y en los archivos personales de sus escritores. En su ensayo, Daniel Link dice: “Sí, Fogwill forma parte de mi archivo, entendido no como una colección polvorienta de papeles sino como aquello que define mis propias condiciones de enunciación (que es casi como decir de existencia)”. Rodrigo Fresán se lamenta no haber sido parte de su biografía y corrige la omisión con su propio testimonio. Roberto Brodsky recuerda cuatro encuentros con el autor. Francisco Garamona narra la historia de su biblioteca y Los libros de la guerra. Es como si todos tuvieran una anécdota Fogwill que contar.
El último punk
“Escribo para no ser escrito”, decía siempre él. Y, con este dossier, como indica Ana María Shua en su ensayo, lo traicionamos. Escribimos sobre él y lo recordamos. También esperamos presentarlo al público angloparlante, una audiencia a la que tal vez todavía le es desconocido. Fogwill fue traducido al francés, alemán, croata y mandarín. Pero en inglés, apareció solo, y recién en 2007, Los pichiciegos traducida por Nick Caistor y Amanda Hopkinson, muy a pesar de su autor, como Malvinas Requiem. Cerramos el dossier entonces incluyendo el cuento “Muchacha Punk” de Fogwill, traducido por Will Vanderhyden; un cuento ya clásico de la literatura argentina pero inédito en inglés hasta ahora. El cuento es clave porque no sólo le ganaría al autor el premio Coca-Cola (y la famosa controversia a la que varios autores del dossier hacen referencia), sino porque también le abriría las puertas de su carrera literaria. Esperamos que también sea la puerta de entrada de nuevos lectores al universo Fogwill.
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