En LALT 1.4 (31 octubre de 2017) publiqué un ensayo detallando la controversia que rodea la obra póstuma del poeta chileno Juan Luis Martínez (1942-1993). Esta historia de detective literario comenzó en 2013 con mi descubrimiento de que gran parte del primer libro póstumo de Martínez —poemas líricos inéditos y entrevistas— fue en realidad una traducción no-atribuida de un libro titulado Le Silence et sa brisure (1976), escrito por un poeta suizo-catalán cuyo nombre también era Juan Luis Martinez (sin acento). En tanto Martínez insistió repetidamente en que no era el autor de esos poemas (“fueron escritos por el otro”), quería decir que fueron del otro Martinez. Tal como sostuve en mis libros La última broma de Juan Luis Martínez: No sólo ser otro sino escribir la obra de otro (Cuarto Propio, 2014) y Juan Luis Martínez’s Philosophical Poetics (Bucknell UP, 2014), la brillante lógica conceptual de este proyecto de “la traducción como escritura” le hizo a Martínez más Martínez en estos poemas escritos por el otro Martinez.
Esta entrevista se llevó a cabo el 22 septiembre de 2018.
Scott Weintraub
University of New Hampshire
Scott Weintraub: ¿Cómo conociste a Juan Luis Martínez? ¿Cómo conseguiste tu primer ejemplar de La nueva novela?
Ricardo Cárcamo: Primero le pregunté a mi amigo Patricio González, quien en ese momento trabajaba en la librería Feria Chilena del Libro en Viña del Mar, cómo ubicar a Juan Luis. Patricio me dijo que Juan Luis iba allá siempre, hasta me señaló la silla donde se sentaba habitualmente. “Lo puedes conocer acá”, me dijo, y con unas breves descripciones físicas me fue muy fácil ubicarlo directamente. Así pues, cuando apareció, no sin mucho nerviosismo de mi parte, comenzamos a hablar [Juan Luis y yo]. Yo tenía referencia del grupo de Café Cinema, el centro de poetas locales de los años 60 y 70. Ese fue el eje de nuestra primera conversación. En un momento, súbitamente, Juan Luis me dijo: “Por favor no me trates de Ud. porque me siento viejo”. Nos reímos y siento que esa risa fue el comienzo de nuestra amistad. Luego me invitó a su casa donde conocí su entorno más íntimo, a Eliana y a sus pequeñas hijas, Alita y María Luisa. Dos semanas después me prestó un ejemplar de La nueva novela. Así era Juan Luis, generoso y con todo el tiempo del mundo para escuchar y responder. Muchas de sus respuestas te quedaban dando vueltas durante semanas. Siempre sabía que me encontraba frente a un ser extraordinario en todo sentido de la palabra, una suerte de “iluminado”, un monje rebelde con una sencillez, calidez y sabiduría únicas. Creo que estos apelativos se han ido agrandando, en lo personal, con el tiempo.
SW: ¿Qué piensas de La nueva novela?
RC: Debiera decirlo en buen chileno: es un texto “pelacables”: La poesía chilena es superlativa, pero La nueva novela no tiene nombre. Creo que es un texto único sin parangón en la literatura. Tengo un recuerdo permanente de ese tiempo y veo a Juan Luis caminando interminables horas con Juan Luis Moraga, un arquitecto en Viña, y con Mauricio Barrientos, poeta que falleció muy joven. Barrientos es el autor del libro El hombre invertido. Veo a Juan Luis yendo a la librería Altazor, conversando en el café con Sergio Madrid o conversando en la calle con Arturo Ariztia. Uff, tantos recuerdos…
SW: ¿Cómo nació la idea de hacer anotaciones a La nueva novela? ¿De quién fue el ejemplar anotado? ¿Cómo fue el proceso? ¿Cómo reaccionó Juan Luis Martínez? ¿Trabajaron juntos en el desarrollo de las notas?
RC: Mira, yo vivía en un departamento antiguo y grande, que compartía con otros dos estudiantes. Yo tenía tres piezas para mí. Una para dormir, otra tenía mi escritorio y mi biblioteca, y la última era un taller para gente que pintaba. Juan Luis me prestó un ejemplar que yo fotocopié y sobre el cual comencé a trabajar, armé una pieza como una suerte de exposición de cuadros. Tenía toda La nueva novela en las cuatro paredes del cuarto. Esto ocurriría a fines del año 1984. Me sentaba y empezaba a buscar relaciones. Juan Luis me dio unos tips: “Para La nueva novela hay que siempre relacionar cada página con la página anterior y posterior, así pasando de una página a la otra”. Fácilmente empecé a entenderla a unos seis meses leyendo, revisando diariamente La nueva novela y haciendo apuntes. De hecho, todavía tengo la edición de La nueva novela del año 1985 que me regaló Juan Luis con algunas anotaciones a mano, las que no están en la edición que se publicó en 2017.
SW: ¿Cómo te enteraste sobre la publicación de La nueva novela anotada que apareció en julio 2017? ¿Cómo reaccionaste?
RC: Mira, yo trabajo en Santiago y vivo en Viña; entre marzo y septiembre me desplazo diariamente entre ambas ciudades. Un día temprano me encuentro con Felipe Acuña, escritor viñamarino, quien me cuenta que el 7 de julio de 2017 se iba a lanzar una edición de La nueva novela con anotaciones manuscritas de Juan Luis Martínez. Acuña, sabiendo mi cercanía con la obra de Juan Luis Martínez, me invitó a la presentación. Fui con él al lanzamiento, allí vi a Eliana Rodríguez, la viuda de Martínez. Ella no me vio ni tampoco Patricio González quien también estaba allí como presentador y coordinador general del lanzamiento de La nueva novela manuscrita. Después de la presentación de Ismael Gavilán y Jorge Polanco hubo una recepción. Yo conversaba con Acuña, teníamos la duda de si esta era la tercera o la cuarta edición. Sin embargo, casi tuve un ataque de corazón al ver la nueva edición, la cuarta, la que había sido presentada unos minutos antes. ¡Las anotaciones que aparecían en La nueva novela de 2017 las había escrito yo años antes! Me fui inmediatamente. De hecho, al volver a casa ya estaba poniendo en duda mi propia escritura. Cuando mi señora llegó a casa esa noche, le expliqué la situación. Le dije: “¡qué fantástico que se hayan confundido los apuntes de Ricardo Cárcamo con los de Juan Luis Martínez!” [ríe].
SW: ¿Y qué pasó luego?
RC: Al día siguiente hablé con Patricio González quien era mi amigo desde 1979. Le conté la historia. Sabía que podía hablarle con confianza del tema y sin dobleces. Patricio me dijo, y repitió, que cuando vio La nueva novela manuscrita inmediatamente se dio cuenta de que era mi letra y no de Juan Luis Martínez. Él tiene un ojo gráfico muy desarrollado debido a su trabajo como editor. Fue enfático en señalar que no había visto nada hasta que La nueva novela estuvo impresa y lista para ser enviada a Gavilán y Polanco con el objetivo de que ellos prepararan sus presentaciones. Patricio me sugirió una reunión con Eliana para aclarar el tema. El día 17 o 18 de julio 2017 nos juntamos con Eliana Rodríguez y Patricio González en la cafetería Anayak de calle Quinta en Viña; sin embargo, el día 13 de julio, antes de hablar con Eliana, yo ya había ido a Santiago, a la Galería D21 de propiedad de Pedro Montes, a comprar un ejemplar del libro.
SW: ¿Y qué se concluyó en esa reunión?
RC: Después de esta conversación [con Eliana], en la que estuvo presente Patricio González, me pidieron que yo tomara una determinación en las acciones a seguir. Fui enfático y dije: “devolver el dinero a los compradores y destruir la edición”. Luego respondió Eliana: “que pucha, que Pedro se ha portado tan bien con nosotros, sería feo que se enterara de esto”. Entonces hicimos lo que se podría denominar un “pacto de silencio” para que Pedro Montes no se enterara. Lo cual fue evidentemente una torpeza. Después de esta reunión se produjo una larga pausa. Por cuestiones de trabajo estuve fuera de Viña desde 10 de septiembre de 2017 al 13 de julio del 2018. Durante todo ese tiempo no tuve ningún contacto con Eliana Martínez. Sin embargo, muchos amigos me habían contactado para preguntarme qué pasaba con este tema y eso no me dejaba dormir. Entonces, el jueves 2 de agosto de 2018, me junté nuevamente en la cafetería del Palacio Rioja en Viña del Mar con Patricio González y Eliana Rodríguez. Ahí les exigí, por la memoria de Juan Luis Martínez, su nombre y por un tema ético, tres cosas: primero, que le contaran la verdad a Pedro Montes; segundo, que le avisaran de este tema a Jorge Polanco, Ismael Gavilán y Diego Zúñiga (este último había escrito un artículo en la revista Qué Pasa sobre las anotaciones manuscritas de Juan Luis Martínez) y, finalmente, que esta noticia apareciera en un diario de circulación nacional. El plazo que les di fue hasta el día 31 de agosto, 2017.
SW: ¿Y qué pasó?
RC: Patricio González me comentó que el día jueves 9 de agosto 2018 viajó con Eliana a Santiago a contarle a Pedro Montes lo que estaba pasando. Yo me reuní con él posteriormente. Ahora bien, es importante aclarar que yo lo contacté a él porque Eliana Martínez me lo pidió de una manera muy rotunda siendo que Pedro Montes, como editor de esta edición debiera haberme contactado a mí, para darme las explicaciones del caso. Cuando hablé con él, le dije: “tú eres abogado, sabes jurídicamente lo que puede significar esto y además eres editor de una obra tremendamente importante donde este tipo de cosas tienen que ser cinco veces chequeado”. La solución parche fue ponerme en contacto con Daniel Rosas del diario La Segunda, quien me haría una entrevista. Yo fui claro que las entrevistas tenían que venir luego de la aclaración pública y privadas a Zúñiga, Gavilán y Polanco, por respeto a la obra de Juan Luis Martínez y a ellos mismos. No necesito que me mencionen; insisto, ellos (Eliana Martínez y Pedro Montes) tienen que confirmar un error y nada más. Tengo el honor y el orgullo de decir que Montes y la Fundación financiaron cientos de ejemplares de apuntes de Ricardo Cárcamo [ríe].
SW: ¿Tuviste alguna vez la impresión de que Eliana Martínez sabía que las anotaciones no eran de Juan Luis?
RC: Lamentablemente sí. Llevaban 21 años casados, ¿cómo no vas a conocer la letra de tu marido?
SW: ¿Y sobre Pedro Montes? ¿Crees que él sabía?
RC: Creo que no. Pero insisto, me cuesta creer que él como editor y además abogado no haya tenido la prolijidad de verificar la autenticidad y procedencias de las notas manuscritas que está publicando.
SW: ¿Por qué estás haciendo esta denuncia pública ahora?
RC: Porque no quiero ser cómplice de un engaño y quiero un corte definitivo. Creo que es un tema ético, de transparencia, que literalmente no me ha dejado dormir tranquilo. También creo que deben darle las excusas correspondientes a Zúñiga, Gavilán y Polanco.
SW: ¿Cómo puedes probar que las anotaciones de La nueva novela manuscrita publicada en julio del 2017 son tuyas?
RC: Porque son de mi puño y letra y corresponden a un trabajo en el que estuve inmerso todo un semestre con un grupo cercano de amigos que puede dar fe de esto, amén de una prueba caligráfica que sería un recurso de prueba legal si así se requiriese dado el caso. Además, conservo la contratapa y una página extra con anotaciones hechas por mí mismo que son iguales a las que aparecen en esta cuarta edición.
SW: ¿Quién tiene La nueva novela que te regaló Juan Luis Martínez para que transcribieras tus notas?
RC: Juan Luis Martínez me pasó dos ejemplares de La nueva novela. Una, que conservo y que me regaló, es del año 85 y está autografiada y con algunos apuntes. El otro ejemplar me lo pasó en blanco y en él transcribí las fotocopias que le había sacado a La nueva novela en la que transcribí todos los apuntes publicados el año pasado.
SW: ¿O sea que escribiste tus apuntes en dos ejemplares de La nueva novela?
RC: Exactamente. Como bien decía antes, Juan Luis Martínez me prestó un ejemplar de La nueva novela que yo fotocopié completamente. Tiene que haber sido la edición del 77. Ese ejemplar después se lo devolví y me quedé con las fotocopias, con las cuales comencé a estudiar este texto. Esto tiene que haber sido a mediados del año 1984. El año 85 Juan Luis Martínez me regaló un ejemplar de la segunda edición que llevaba el número 083 y me lo dedicó como un acto de amistad. La dedicatoria dice: “Homenaje a Ricardo Cárcamo, a su fraterna amistad y todo el cariño de su hermano: Juan Luis. OCT. 86”. Yo, por iniciativa propia, comencé a estudiar y analizar La nueva novela, anotaba mis conclusiones o ideas tanto en las fotocopias como en el ejemplar que me había regalo Juan Luis. Entonces las fotocopias tienen mis primeras anotaciones que luego complementé con otras que escribí más tarde en las mismas fotocopias. Y al mismo tiempo escribí exactamente las mismas anotaciones en el ejemplar que me había regalado Juan Luis Martínez.
SW: ¿Juan Luis Martínez estaba al tanto que estabas haciendo este trabajo?
RC: Claro, fue a mi casa y vio la pieza con las fotocopias escritas.
SW: ¿Cómo llegan tus anotaciones al ejemplar que sirve de base para la edición de 2017?
RC: Cuando Juan Luis Martínez me pasó la copia de La nueva novela me pidió que transcribiera todos mis apuntes sobre La nueva novela en un ejemplar en blanco. Era un ejemplar de la edición 85.
SW: ¿Qué hiciste cuando terminaste de transcribir esos apuntes?
RC: Se los pasé a Juan Luis y él se quedó con este ejemplar, el cual es el que hoy tiene la familia y el editor de la edición de 2017, Pedro Montes. Cuando yo hablé por segunda vez con Pedro, él me mostró este ejemplar.
SW: Pero ¿tú tenías el otro ejemplar que también contenía anotaciones?
RC: Yo conservé el ejemplar numerado 083 en el cual tengo las anotaciones que hice en las dos solapas y en la página de la dedicatoria. O sea que el ejemplar que tiene la familia contiene todas las anotaciones de las fotocopias más estas tres anotaciones que provienen de mi ejemplar original que me regaló Juan Luis Martínez. Estas anotaciones del ejemplar se reprodujeron en la edición de 2017, pero no son exactamente iguales, pues omitieron varias anotaciones.
SW: ¿Cuáles anotaciones?
RC: Una anotación omitida está en la primera solapa donde se puede leer: “La real verdad eterna en el universo es que el hombre no puede poseer”. Esta anotación tiene una gráfica donde aparece una flecha que apunta a la frase “La realidad I”. La segunda anotación está en la quinta página de LNN donde se encuentra la dedicatoria. Ahí se omitieron varias observaciones. Una de ellas dice “Soy sucio igual mi corazón late (39)”. Sobre el número 39 aparece el mismo número escrito con números romanos. Hay otro comentario que está entre comillas: “El deseo de vivir con enfermedad hasta que haya vencido el creador”. A continuación, sobre el nombre de Eliana dice “Bauder”. Hay más comentarios en esta página que no aparecen en la edición de 2017 [que está basada en el diseño de la edición de 2016]. Dice aquí que “todo lo más exacto que se podía decir de ella ya lo ha dicho el autor y en esta misma obra”. Y luego dice: “LAUTREMONT igual Introducción de Roger Callois todo está explicado tanto los grandes como los pequeños detalles”. Y esta observación hace referencia al Canto IV, estrofa XL, página 172.
SW: Tú dices que en esta página aparece el nombre de Eliana en tu edición, pero en la que yo tengo no aparece ella sino una dedicatoria a Roger Callois. ¿Cómo se explica esta diferencia?
RC: Los 100 primeros ejemplares tienen otra dedicatoria que dice: “A Eliana/ A mis hijas Alita y María Luisa/ A María Gloria Montaner”. Y luego, supongo, del ejemplar 101 en adelante aparece la dedicatoria a Roger Callois que todos conocemos.
SW: Después de todo esto, ¿cómo ves la situación ahora?, ¿qué deberían hacer Montes y la familia Martínez?
RC: Esto sí mancha la credibilidad de Pedro [Montes] como editor. Ese es un problema del que no me hago cargo. Pedro Montes no ha estado a la altura y no ha sido responsable con su error, como editor tuve que ir a verlo a Santiago en dos ocasiones para aclarar esta situación que a mi juicio no es menor. Aun cuando sabe que estoy con problemas serios para movilizarme, producto de una operación ciática-lumbar. Ahora pienso que no es cuestión de devolver dinero, destruir los ejemplares. Han pasado dos meses… Hacen falta una aclaración pública y una privada. Insisto que no ando buscando ningún tipo de protagonismo barato y que todo esto tiene directa relación con la obra de Juan Luis Martínez, nada más.
SW: ¿Crees que La Segunda es para esconder la noticia?
RC: Sí. No darle importancia a algo relevante. Si quieren continuar con la venta en la edición debe haber un colofón: imprimir algo sobre una errata/un error involuntario del editor o los editores.
SW: O sea, que, finalmente, las anotaciones manuscritas de La nueva novela del 2017 son tuyas.
RC: Absolutamente, las anotaciones manuscritas de La nueva novela del 2017 son mías.